El Arenteiro vivirá una temporada impensable hace nada. Aunque todavía quedan cuatro jornadas para finalizar esta, ya toca empezar a trabajar en la próxima.
El presidente Argimiro Marnotes reconoció que, “llegué al equipo en julio de 2020 y esto no lo soñaba ni de coña. Sabemos que vamos a una liga tremenda, pero para nosotros también tenía una dificultad máxima cuando subimos de Tercera a Segunda Federación”. Y tiene muy claro que, “el mejor legado es la cantidad de niños y niñas que se sumaron a este proyecto. Alguno será jugador del equipo en el futuro, otros igual son directivos y muchos serán socios, ese es el mejor futuro que le queda a este club”.
Por su parte, el director deportivo Álex Vázquez tiene claro que “cualquier éxito deportivo es el cúmulo del trabajo de mucha gente que ha hecho las cosas bien”, y reconoció que “hay años en los que sale todo redondo y este ha sido uno de esos”. Además, no quiso olvidarse de la afición, que “es sin duda el mayor tesoro que tiene este club”.
También estuvo presente el delegado en Ourense de la Federación Gallega, Raúl Rois, que felicitó al equipo y recordó que “es el resultado de las cosas bien hechas desde el proyecto que empezó Xan Pinal hasta hoy, dejando siempre bien claro que el sentido común es muy importante”. De cara al futuro, Rois afirmó que “van a una categoría que va a ser dura, pero que es maravillosa y tienen que disfrutarla”.
Para finalizar, aparecieron los dos técnicos de esta brillante temporada, Fran Justo y Javi Rey. El primero aseguró que “es un ascenso merecido y no regalado, gracias al gran esfuerzo. Ahora es muy fácil creer, pero hubo momentos muy complicados y mucha gente apostó por esto”. De su paso por el fútbol profesional en el Lugo afirmó que “si llegué ahí fue gracias al Arenteiro y los equipos anteriores donde estuve”. Y terminó afirmando que “el Arenteiro va a dar mucha guerra en Primera Federación”.
Por su parte, el técnico Javi Rey tiene muy claro que “es imposible volver a tener una temporada así. Cuando seguía al equipo desde fuera me preguntaba cómo era posible no perder nunca, y no sabían darme una explicación. Ahora, desde dentro, lo tengo claro, es el vestuario, que es una pasada”. Y también recordó que “desde que tengo 23 años estoy entrenando y tuve que hacer muchos kilómetros, ocho años en el Barco, en Arzúa, en la Illa de Arousa, pero ayer el fútbol nos sonrió y en casa, porque normalmente para tener éxitos tienes que irte fuera y nosotros lo conseguimos con nuestra gente y en nuestra ciudad, en una profesión que es muy complicada y en la que normalmente tienes pocos momentos como este”.
