Inés Sotelo, tras ganar el bronce con España sub-18: “En el podio, alucinaba”

La selección española femenina sub-18 celebra sobre la pista la medalla de bronce lograda en el Europeo.
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La ourensana Inés Sotelo repasa una “experiencia inolvidable” tras ganar el bronce en el Europeo con España sub-18

Entró en la selección como la “benjamina” del grupo y, un mes después, sale del proceso con galones, una medalla europea de bronce y una sonrisa que arrastra horas después del final del último partido. Inés Sotelo Míguez (Ourense, 2006) ya está en casa tras un viaje a Turquía que nunca olvidará. La ourensana fue pieza fundamental en el tercer puesto de España sub-18 en el Campeonato de Europa. Jugó mucho y bien. Un premio a un inicio de verano distinto, en el que cambió playa por pista y mar por la ducha de los pabellones. Pero el balance no puede ser más positivo. Superó el “corte” para formar parte de la lista final y el parquet dictó sentencia

 “Al principio lo vi como una oportunidad y la afronté con mucha ilusión. Si estoy aquí es por algo. Yo confiaba en mí, y también lo hacía la gente que me apoya. Me hicieron creer que podía entrar en la selección definitiva. Me esforcé al máximo y la entrenadora confió en mí para llevarme al Europeo. Quizá pensaba que no iba a jugar tanto, puede ser que al principio lo pensase. Pero hablaba con mi entorno y me decían ‘que sí, verás, que lo estás haciendo muy bien’ y al final creí que podía ser verdad. Salir a la pista y aportar cosas. Y mira, fue verdad”, recuerda Sotelo.

Para llegar a este punto, estuvo concentrada en Lugo con un torneo incluido y luego viajó a Portugal para otra cita preparatoria. Allí se ganó el billete al Europeo, donde España arrancó con pleno en la fase de grupos y primeros cruces. Solo Francia, en semifinales, les privó de luchar por el oro. “Ellas físicamente eran muy fuertes. Y los rebotes, madre mía, los cogían como bestias. Pero sobre todo creo que nosotras no tuvimos mucho acierto y ellas tuvieron muchísimo. Metieron casi todo. Incluso aquellas jugadoras que nuestros entrenadores nos comentaban que no metían tanto. De dentro y de fuera. Después, en la final, no les entraba una y perdieron con Eslovenia”. 

Menos de 24 horas después tocó rehacerse para superar a Serbia en la lucha por el bronce. “Después de perder, hubo unos minutos de luto, pero nos mentalizamos muy rápido de que había aún una medalla en juego. Había que ir a por ella y no quedarse pensando en la semifinal. Salimos súper motivadas a por el partido. Y al ganarlo bien, incluso lo acabamos disfrutando, jugando sin presión ese tramo final”, explica la ourensana.

Su memoria recordará para siempre una batería de imágenes y sensaciones. “¿Con qué momento me quedo? Es difícil eh. Pero diría justo el final del último partido. Porque es cuando se junta todo. Piensas que ya se ha acabado, cierras esta etapa y además lo haces con medalla. Y estar ahí disfrutando con todas te queda marcado. En el podio estaba físicamente pero no mentalmente. Alucinaba, en una nube. Y ahora cuando lo he visto publicado pensaba ‘ es que ahí estaba yo’. No era consciente, estaba flipando”.

Uno de los secretos del éxito fue el grupo. Encajaron bien y fueron a por un objetivo que sabían que era real. “Desde el principio estábamos mentalizadas de que a por medalla íbamos a ir. Coincides con tantas niñas que son iguales que tú. En el colegio igual no hay tanta gente que tenga esa pasión y prescinda de cosas, haga sacrificios. Y mola bastante estar en un ambiente así”, explica la ala-pívot.

Ahora le toca descanso. Ya es hora. Pendiente de la posibilidad de algún torneo con España, Lugo aparece como próxima parada. “Lo próximo será la pretemporada con el Ensino de Lugo de Liga Femenina”. Allí no estará su hermana Lucía, que deja la ciudad amurallada para irse a la NCAA estadounidense.  “Va a ser diferente. Creo que para las dos, pero para mí será la primera vez que no esté con mi hermana. Siempre estábamos juntas. Pero bueno, hay que adaptarse. ¿Irme yo? Lo tendré que pensar durante este año. Ahora mismo, ni me gusta ni me disgusta. Tengo que valorarlo”.

Tiene tiempo para pensarlo. Inés Sotelo progresa a pasos agigantados. Uno de esos nombres propios del baloncesto ourensano que sigue dando alegrías. En casa o a miles de kilómetros, el talento no entiende de distancias.

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