Es un referente histórico del motor ourensano. Su espectacularidad y rapidez lo hacen ser recordado por todos como un mito, además de ser uno de los pilotos de la provincia que gano la prueba, concretamente en 1982
No hay un solo lugar en la provincia de Ourense y casi a nivel nacional que no asocie a José Antonio Rodríguez, 'Peitos' a los rallys. Icono automovilista ourensano en los años 80, su velocidad y espectacularidad le han convertido en un mito viviente.
Desde Málaga y disfrutando del sol, recuerda con especial cariño los comienzos. "A mí, desde pequeñito siempre me gustaron los coches. Para que veas, con nueve años ya le robaba el coche a mi padre, así que lo llevaba dentro. Mi primera carrera fue en cuando todavía estaba haciendo el servicio militar. Fue en el 72, con un Alpine en una Subida a Pereiro y si te digo la verdad ni me acuerdo de que terminé, sé que lo hice bien pero el resultado, ni idea".
Tras un buen debut, pequeño parón hasta el retorno, a bordo de un Seat FL en el año 75. "Fui a correr con él la primera vez al rally de A Coruña y gané, delante de todos los profesionales. Recuerdo que le dije a Coleman, mi copiloto: 'a ver si quedamos entre los 40 primeros' y ganamos el rally", afirma entre sonrisas.
El papel de chumbo
Después del primer éxito y siempre de la mano del preparador ourensano 'Chumbo' del que Peitos afirma que "siempre pensó que yo era el mejor piloto del mundo y siempre fuimos juntos a todos lados. Si Chumbo no estuviese yo habría hecho alguna carrera pero nunca lo que conseguí" , llegaron los primeros grandes éxitos deportivos en la carrera del bravo piloto ourensano.
El primer aviso fue en el año 81. A bordo del Ford Escort Mk I, y sin ruedas en la parte final de la carrera "logramos terminar en la cuarta posición. Estuvimos con ellos todo el tiempo pero sin neumáticos era imposible, hubo que conformarse con esa posición ante grandes pilotos como Etchebers, Beny o el mismísimo Zanini", recuerda.
Y después, el año 82, el de la victoria en el Rally de Ourense. "Aquel año el Mk II funcionaba sensacional. El coche iba perfecto, sin un problema. Solo al llegar la noche, como íbamos tan justos de medios siempre, vimos que se nos podía escapar. Entonces, hablamos con Chumbo y yo con el patrocinador y pudimos comprar dos juegos de Michelín y fue glorioso. Aquel rally Carlos Piñeiro fue un rival durísimo e iba rapidísimo con el Porsche".
Cuestionado sobre si lo recuerda como el más emotivo, no duda. "Imagínate, correr en tu casa, liderar la prueba, todo el mundo animándote, era increíble. Aquel año nadie se iba a dormir, todos animando en la cuneta, espectacular. Ganar en tu casa y ante los tuyos es insuperable. Está claro que tengo otros buenos recuerdos como en Madrid en el Criterium Luis de Baviera o un Rías en el que corrí más que nunca, pero bueno el mejor el de Ourense de 1982, sin duda".
Enamorado de los rallys, echa de menos en el automovilismo actual "un poco más de sentimiento de aventura. Antes cuando 
llegaba el rally de Ourense salías con lo que fuera y te preocupabas únicamente de ganarle al de delante, era el objetivo"y resalta que llegados a este mes en el que todo el mundo habla ya del Rally de Ourense - Ourense Termal que "el gusanillo siempre te pica, da igual los años que hayan pasado. El que es piloto siempre lo es aunque lo haya dejado y creo que todos volveríamos a correr si pudiéramos".
Peitos, en su caso, sí compite esporádicamente tras unos años apartado del mundo del motor. A bordo de un Ford Escort Mk II ha realizado algunas pruebas e incide en que "sigo teniendo las mismas ganas, siento como si hubiese ganado ayer el Ourense. El campeonato de históricos está muy bien y si Chumbo termina el coche (El Ford Escort MkII) creo que lo intentaremos de nuevo", concluye el infatigable y muchas veces indomable 'Peitos', que a sus 64 años todavía no ha dicho su última palabra en el mundo de los rallys, un orgullo para todos los ourensanos.
