SUEÑOS DE OLIMPIA

Maradona, la interminable cuesta abajo

**  FILE  ** Argentina's Diego Maradona, holding up the trophy, is carried on shoulders as he celebrates at the end of the World Cup soccer final game against West Germany at the Atzeca Stadium, in Mexico City, in this June 29, 1986, file photo. Argentina won 3-2. Maradona and Argentinean coach Carlos Bilardo have been asked to lead Argentina by Julio Grondona, head of the Argentine Football Association, Tuesday, Oct. 28, 2008. (AP Photo/Carlo Fumagalli, file)

Dice el inolvidable tango del quizá uruguayo, quizá francés y siempre argentino Carlos Gardel: "Ahora/ cuesta abajo en mi rodada/ las ilusiones pasadas/ yo no las puedo arrancar. Sueño/ con el pasado de que añoro/ el tiempo viejo que lloro/ y que nunca volverá".

Una perfecta descripción de quien fue el mejor futbolista del mundo en su momento y hoy atraviesa su declive, Diego Armando Maradona. Una cuesta abajo que ya comenzó durante su carrera deportiva, impidiendo que viésemos al mejor 'Pelusa' posible. Una decadencia que precipitó su retirada y su lamentable periplo como entrenador, seleccionador, director técnico o admirador de dictadores como Fidel Castro y Hugo Chávez.

Hijo predilecto de Argentina, cada una de sus frecuentes visitas al hospital es motivo de preocupación nacional en un país azotado como pocos por el covid-19 o virus chino.

Maradona "se dio un golpe en casa", según su médico de confianza. Tras una exploración, se le detectó "un hematoma subdural" que requirió cirugía.

Aunque la operación salió de forma satisfactoria, los problemas aparecieron después. El médico Alfredo Cahe los atribuye a un "síndrome de abstinencia".

Cahe trasladó a Maradona a Cuba en 2000 para una cura de desintoxicación. El 'Pelusa' aterrizó en La Habana pesando 120 kilos con 1,65 metros. Terribles imágenes. Cahe no logró mitigar sus vicios, aunque sí "cambiar la cocaína por el alcohol".

Es decir, que el actual entrenador del club de fútbol Gimnasia y Esgrima de La Plata, en Buenos Aires es un alcohólico reconocido y diagnosticado. Toda una garantía de seriedad  al frente de la institución. 

¿Surrealista? Es Maradona y está en Argentina.


Martin cometió triple asesinato antes de cenar

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Hace 14 años comencé mis colaboraciones con este medio. En aquellas primera páginas figuraba una sección titulada "Balas Perdidas". Aquellos deportistas perdidos por el camino por múltiples problemas o avatares de la vida. Muchos de ellos se encuentran en mi blog personal.

Esta semana retomo ese apartado con el caso del exjugador de béisbol estadounidense Brandon Martin. Martin fue un prometedor fichaje del Tampa Bay en 2011. Firmó un millonario contrato y ascendió a un estatus que no supo administrar ni encajar.

Joven, famoso, adinerado... Su mansión de 6.000 dólares al mes fue lugar frecuente de fiestas salvajes, drogas, peleas y visitas de la policía. Martin cayó en la adicción, descuidó su forma física y sufrió varias lesiones que minaron su rendimiento y moral.

En 2015, preso de los estupefacientes y la medicación por problemas psiquiátricos, fue expulsado de la liga por mal comportamiento. Arruinado, fue acogido por sus padres.

Lejos de agradecerlo, desarrolló contra ellos toda su ira, además de una obsesión por blanquear su oscura piel. Un mal día estuvo a punto de estrangular a su madre. Fue internado en un centro de salud mental.

Inexplicablemente, los responsables no vieron riesgo en su actitud y lo dejaron en libertad un 17 de septiembre. Al momento cogió un bate con su nombre inscrito, regresó a casa y mató a golpes a su padre Michael, en silla de ruedas, a su tío Rick y al instalador de una alarma que nunca llegó a funcionar. Después se fue a cenar tranquilamente a un restaurante cercano.

Martin espera sentencia en estos días. Podría ser de pena capital en un estado supuestamente tan progresista como el de California.

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