FÚTBOL

Nilo Ramos, un presidente de brazos cruzados

El presidente del CD Barco, Nilo Ramos, en su casa, en la que pasa el confinamiento.
photo_camera El presidente del CD Barco, Nilo Ramos, en su casa, en la que pasa el confinamiento.
Nilo Ramos, además de llevar las riendas del Centro de Deportes Barco, tiene varios negocios que en la actualidad están casi todos parados por culpa de la epidemia

Es lo que se conoce vulgarmente como un "culo inquieto". No le llegaban las horas del día para atender a todos los frentes en los que andaba metido, pero desde mediados de  marzo su vida cambio radicalmente. Daniel Ramos Barrio, aunque todos le conocen como Nilo Ramos, es el presidente del CD Barco desde hace 15 temporadas, además de empresario con negocios que nada tienen que ver entre sí.

Como la mayoría, se encuentra confinado, aunque afirma llevarlo bien. "Tengo la suerte de vivir a las afueras del Barco y entre la finca y los perros se lleva de manera muy diferente a estar encerrado en un piso, no tiene nada que ver".

Nilo, regenta una peluquería en el Barco, pero como reconoce, fue  más por obligación que por devoción: "Era bastante bala perdida y mal estudiante. Mi madre me sentó un día y me dijo, 'se acabó' y me dio tres opciones: trabajar con un familiar que tenía una chapistería, de aprendiz de electricista con un amigo de la familia o estudiar peluquería en una academia. Lo hablé con los amigos y me fui a estudiar peluquería". 

Al volver de la mili, que entonces aún se hacía, "monté mi propio negocio. Los comienzos no fueron fáciles y los compaginaba poniendo copas en un pub". Ahí empezó con otra actividad que aún conserva a día de hoy: "Empece a repartir prensa y en la actualidad llevamos todos los periódicos en al Barco y alrededores". Un sector que también se ha resentido: "Es verdad que la venta subió en los quioscos, pero aquí se trabajaba mucho con hostelería y al estar todos cerrados el bajón ha sido grande". 

"Lo de hacerme peluquero fue más por una obligación que por devoción. Mi madre que dio un ultimátum tuve que elegir" 

Su padre regentaba un bar y una churrería. Cuando se jubiló Nilo decidió quedarse con la churrería: "Ahora la lleva mi pareja Cristina, que se levantaba a las cinco de la mañana para repartir churros en otros locales y después atiende en el local. Ahora está teniendo unas vacaciones más que merecidas". Matiza, "aunque podría estar abierta al público, decidió cerrar en solidaridad con los otros negocios".

Y por si fuera poco, tiene una plantación de más de 300 castaños en Riomao (A Veiga): "Eso fue una promesa que le hice a mi abuelo, que se quedó ciego y le dije que seguiría con los castaños. Aunque también llevó sin ir a verlos desde el confinamiento". 

Para rizar el rizo, junto al capitán del Barco, Rubén García, creó una empresa que lleva las escuelas deportivas y que también dan gimnasia deportiva en varios Concellos de Valdeorras: "Esta es la que más me ha sorprendido. Por iniciativa de los monitores decidimos dar clases on-line y la verdad es que la aceptación ha sido máxima".

A mayores, preside el Barco: "Bueno, ya se conoce la historia. El equipo estaba en Segunda Regional, iba a desaparecer y un grupo de amigos dimos el paso para salvarlo. Y hasta hoy". 

Un equipo que se codea con los grandes de Tercera: "Fíjate que hoy me da más trabajo el Barco que el resto de negocios que tengo. Crecimos mucho para seguir siendo casi los mismos que empezamos.  Pasó de ser un hobby a casi una empresa en la que la directiva se encarga absolutamente de todo".

Y termina hablando del futuro, aunque solo sea de la parcela deportiva: "Por lo que se dice, puede haber unos play off de ascenso dónde estaríamos nosotros y otros tres equipos. Pero será una sensación agridulce ya que no lo podríamos disfrutar con nuestra gente. Eso nos duele mucho".

"Me da más trabajo el Barco que el resto de negocios. Crecimos mucho y casi somos los mismos que empezamos"

"Ahora me he dado cuenta de que llevaba demasiada prisa"

Todo este tiempo confinado da para pensar y Nilo lo ha hecho. "Esta situación me ha hecho reflexionar. Está claro que a nadie le gusta estar parado, pero ahora me he dado cuenta de que igual llevaba demasiada prisa para no llegar a ningún lado. Espero que nos sirva a todos para aprender y también para ser un poco más humanos. Y por supuesto, algo que ya sabíamos, pero que ahora entiendo, que todos vamos a valorar bastante más: si no tienes salud todo lo demás no vale para nada".

Envía un mensaje: "Todos debemos valorar mucho más al pequeño comercio, que estaba un poco de lado y ahora ha demostrado lo importante que es y como nos han ayudado". Y cita un ejemplo, "aquí había mucha gente que prefería meterse en el coche e ir de compras a Ponferrada, ahora nos han salvado la vida los nuestros. Espero que sepamos verlo y todos seamos un poco más solidarios con los que tenemos al lado".

"No podemos jugar a puerta cerrada, es la muerte de los clubes"

Volviendo al mundo del fútbol y más concretamente al amateur, el presidente barquense habla de lo que le puede deparar el futuro: "Esta temporada ya está perdida, pase lo que pase. Ahora bien, tengo muy claro que la próxima liga no puede empezar a jugarse si no tenemos público en las gradas. El fútbol profesional es otra historia, no tiene nada que ver el profesional y nosotros, como la mayoría de quipos no podemos jugar a puerta cerrada. Sería la muerte de casi todos los clubes. Vivimos de los socios y patrocinadores, nuestros aficionados son nuestro sustento y sin ellos no tiene sentido todo esto. Personalmente lo tengo muy claro, sin gente es mejor no empezar". Y lanza una idea: "En nuestro fútbol no hay aglomeraciones de gente, los campos son amplios y no habría problemas. Pienso que se tiene que estudiar y buscarle una salida buena para todos".

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