"Si me dicen cuando estaba empezando en el Taboadela en Primera Regional que iba a llegar a entrenar en Segunda Federación no me lo hubiera creído. Y llegué”. La reflexión es del entrenador del Ourense CF, Rubén Domínguez Rodríguez, que con solo 36 años cumplió el pasado domingo en Cantabria, ante el Cayón, la friolera de 200 partidos como entrenador del conjunto de Oira. Y el regalo no pudo ser mejor, una victoria que además les dejaba en lo más alto de la clasificación en Segunda Federación.
Los inicios
Un técnico que empezó su andadura de la mano del técnico Julio Iglesias: “Yo tenía claro que quería ser entrenador. Él me había dicho que lo iba a dejar y el último año jugaba y era su segundo. A la temporada siguiente ya me hice cargo del equipo”. Y como si fuera premonitorio ganó la Copa Diputación. Desde Taboadela llegó al Ourense CF, en Primera Regional, logrando el ascenso y la temporada siguiente manteniendo la categoría. Eran otros tiempos para los de Oira. Domínguez dejó el equipo tres años, dónde estuvo de analista en el Hospitalet, una temporada en los cadetes del Deportivo y un año en el paro, que siempre recuerda también lo mucho que le enseñó. Volvió al equipo presidido por Camilo Díaz ya en Tercera División, el primer año lo salvó y el segundo lo ascendió. La temporada pasada mantuvo la categoría en un agónico play off que le quitó muchas horas de sueño y en ahora llegó el premio a muchas de trabajo. Un liderato que es histórico.
Rubén Domínguez, al contrario de lo que pueda parecer, no tiene metas en el futuro. Le gusta mirar a corto plazo y nada más, porque piensa que lo que tenga que llegar ya llegará. Aunque si tiene un sueño que confiesa. “Desde pequeño iba con mi abuelo al campo de O Couto a ver a CD Ourense y siempre soñé con poder ver al equipo de mi ciudad en Primera División y aún sigo pensando que es posible. Aunque seguro que yo no seré el entrenador y a lo mejor ni siquiera estoy en la ciudad”.
200 partidos
También piensa así a la hora de analizar el haber cumplido 200 partidos en el equipo al que dice deberle mucho. “Yo nunca pienso a largo plazo y está claro que me gustaría llegar a 300 o 400, pero siempre digo que somos afortunados de poder levantarnos para ir a entrenar o ver partidos y que te paguen por tu hobby. Yo, que trabajé, en otras cosas sé bien de lo que hablo”.
Reconoce Rubén Domínguez que desde que empezó a hoy sí que ha cambiado: “Sobre todo la manera de afrontarlo. Al principio le dabas importancia a cosas que no la tienen y también aprendí lo importante que es rodearte de gente capacitada, porque te van a hacer a ti mucho mejor. Y también, que en el fútbol ni cuando ganas eres Guardiola ni cuando pierdes eres muy malo”. Reconoce lo que cambiaría de su forma de ser: “Pues que soy bastante impulsivo, aunque parezca tranquilo, y que siempre digo lo que pienso. Igual tendría que ser menos trasparente y esconder un poco más las cartas, pero bueno”.
Por supuesto, es inevitable hablar de la campaña actual, en la que la idea inicial era dar un paso más para no sufrir como la pasada. Reconoce el técnico ourensano que, “por ahora está saliendo redonda, pero falta un mundo. Lo único que quiero es poder disfrutarla mucho con toda la gente del club, que invierte muchas horas y mucho trabajo para que esto funcione. Después, lo que tenga que venir ya se verá”. Y sin más se fue a ver videos del Guijuelo, el próximo rival del domingo.
