Se encienden las primeras alarmas en el seno de la UD Ourense tras el tercer empate consecutivo, el tercer partido sin marcar y sin apenas generar ocasiones de gol. En esta ocasión fue el antepenúltimo clasificado, el Viveiro, el que logró restarle dos puntos a un conjunto, el de Jorge de Dios, que se está convirtiendo en un equipo plano, con el control del partido, pero sin claridad para generar fútbol ofensivo y al que cualquier equipo ordenado en defensa le genera muchas dudas.
Esta es la conclusión que podría sacarse tras un encuentro en el que el equipo rojillo comenzó jugando con las ideas claras en ataque, combinando bien en la faceta ofensiva y creativa, pero chocando contra el muro defensivo de un Viveiro que fue fiel a una idea de fútbol que ya se esperaba el conjunto ourensanista, pero que no logró desactivar y con el paso de los minutos fue perdiendo claridad en la faceta ofensiva.
La UD Ourense tardó 17 minutos en conseguir su primer remate a puerta y sería desde fuera del área de Luismi, que dos minutos más tarde no logró conectar bien un buen centro de Santi de Prado, el mejor y más incisivo jugador en ataque del conjunto rojillo. Defensivamente, el equipo de Jorge de Dios no pasó apuros en ningún momento del partido, porque el Viveiro renunciaba al ataque con un equipo muy defensivo y con muchos metros para poder generar peligro en un contraataque, pero en una jugada desgraciada de un mal despeje de la defensa rojilla pudo sorprender a Álex Cobo en la única opción de gol, si se le puede considerar así, en todo el partido.
Y tras un primer tiempo sin nada trascendente, la afición, que respondió nuevamente como siempre en número y animando al equipo de principio a fin, esperaba una reacción en el segundo tiempo, pero se encontró con un equipo todavía más plano y con todavía menos llegadas de peligro sobre la portería de Atib. Santi de Prado y sus penetraciones por banda fue el único recurso nuevamente de un conjunto que por dentro y con el juego entre líneas, nunca fue capaz de generar peligro, ni con los cambios que introdujo el técnico rojillo buscando un revulsivo.
Un centro de Santi de Prado no encontró rematador en área pequeña y el segundo, Rojo remató, pero no encontró portería. Otro remate de Rojo alto a diez minutos para el final y la última jugada del partido, en un remate de cabeza de Santi de Prado, que se fue fuera por poco, es el escaso bagaje de un equipo como el ourensano, que necesitaba la victoria y que acabó empatando con la sensación de impotencia entre sus jugadores y la decepción de la afición.
Debutó el último fichaje, Víctor Matovu, que cumplió en el lateral izquierdo con mucha presencia en el juego de ataque, como nota positiva de un encuentro para olvidar, pero del que seguir sacando aspectos para mejorar porque el Arousa ya amenaza la tercera plaza a tan sólo un punto y la distancia de margen con posiciones de play off de se queda en cuatro puntos.
