HISTORIAS DE PRENSA Y RADIO

En las Vascongadas

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photo_camera El carballiñés Rivera anota uno de los goles del encuentro ante el Athletic de Bilbao.

El martes antes del partido contra la Real fuimos a Francia a ver “El último tango en París” pero ya no estaba en cartelera
 

Lo que voy a empezar a contaros hoy va en dos partes. Veréis ya en esta primera de qué va la cosa. A los niños de la postguerra también nos gustaba especialmente el fútbol. En vivo, acudíamos al Campo Loña, donde están hoy los Pabellones Militares en la calle Celso Emilio Ferreiro. Y en la radio, en la voz de Matías Prats, Mariñas o Martín Navas, vivíamos a fondo los partidos de España. Y en lo que a equipos se refiere, casi todos “éramos” del Bilbao. Pesaba mucho lo de “todos son vascos”. Algunos chavales eran del Madrid C.F. y muchos menos, del Barcelona. Y desde luego, cosa aparte y para bien, del Celta.

Era todavía así cuando a finales de los cincuenta, el Orense ya jugaba en el Couto desde 1949, eliminó al Rayo en el Metropolitano del Atlético de Madrid, es decir, Atlético Aviación, luego al Español en Sarriá y finalmente hubieron de vérselas nada menos que con el Athletic de Bilbao. Se alojaron los vascos en el Hotel Parque y al Parque de San Lázaro acudía una enorme serie de curiosos que querían ver de cerca a los fenómenos. Llenazo en el graderío. En el campo, Carmelo; Rentería, Garay, Canito: Mauri, Maguregui; Arteche, Uribe, Arieta, Aguirre y Echave. Ya no era aquel ataque Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, pero tampoco estaba mal,

Ganamos 3-1. Pero en San Mamés, igualaron los vascos, 3-1. Y con arreglo a las normas vigentes, hubo que ir a Chamartín a desempatar y allí perdimos (2-1).

NUEVA GESTA COPERA

Si aquello fue un éxito, no digamos lo que sucedió en abril de 1973, cuando después de eliminar a Gran Peña y Compostela, dejamos en la cuneta a Córdoba, después al Tenerife y finalmente había que vérselas con un “primera” la Real Sociedad en Atocha. Personalmente ya lo vivía de distinta manera porque, después de hacerlo en la Voz del Miño, radiaba ahora los partidos para Radio Orense-SER.

Tras jugar el sábado en San Mamés con el filial, el Orense había de esperar al miércoles en San Sebastián, a donde llegó el lunes. Manolin, el entrenador, agarró un sonoro cabreo porque habían abierto el Hotel de verano en el Monte Igueldo para alojar al Orense, y resulta que aún no tenia televisión. “¿Y cómo vamos a perdernos esta noche “el un, dos, tres?” le decía la mar de cabreado al gerente. Como sería la cosa que el hombre se fue a su casa y trajo en el coche el televisor de su domicilio. Y todos tan contentos.

Estábamos en plena sesión televisiva y sorpresa. Entra en el salón nada menos que Rafa Iriondo, el entrenador de la Real Sociedad.. Venía a visitar al rival y dar un abrazo a su amigo Manolín Martínez Canales, el entrenador orensanista. Al despedirse, se nos ocurrió a Soria y a mí pedirle que nos bajara a dar una vuelta a San Sebastián. “Mire, señor Iriondo, ustedes van a ganar igual, procuren dejar la cosa normalita, con un buen resultado que no nos perjudique el partido de vuelta en Orense” me atreví a decirle visto lo agradable de su trato, a lo que me respondió el internacional ”llevo tantos años en el fútbol y aún no sé cómo se amaña un resultado”. Nos dejó en plena Playa de la Concha “aquí hay una sala de fiestas que a la una comienza el espectáculo”. Y allá nos fuimos Amancio, el chofer del autocar, Soria y yo.

“EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS”

Al día siguiente, martes, hubo entrenamiento por la mañana , pero por la tarde el personal estaba libre. ¿Qué qué vamos a hacer? Alguien tuvo una feliz idea: “Que Amancio nos lleve en el autocar hasta San Juan de Luz que ponen “El último tango en París”. “Sí, pero ¿quién se lo dice al míster?” Se enteró pronto. Negativa redonda. A base de insistir, más blando. Y luego, no sé si a él también le gustaba la idea, pasamos la frontera. Explicaciones varias en la aduana. Nos dejaron pasar. Y volvimos de Biarritz y San Juan de Luz antes de lo que habíamos prometido.

Porque llegamos a la puerta del cine y en las carteleras vimos que habían cambiado la película. No había tal tango. Ni mantequilla. De modo que para el hotel. Manolín ya venía de mal humor, pero agarró un enorme cabreo cuando vio devolver, mareado, a Ordax. “Esto no podía acabar bien, estaba visto”.

CORDIALIDAD VASCA

Viajar a las provincias Vascongadas en aquellos años era una delicia. Cordialidad, amistad, deportividad, corrección en los campos. Me llamaba la atención hasta a veces que se aplaudiera al cuadro visitante. A la cordialidad de Iriondo el día antes, se unía en el momento de empezar a narrrar el ofrecimiento del gran profesional de la radio guipuzcoana, Erostarbe, de Radio Nacional que vino a ofrecerse para lo que hiciera falta e intervino varias veces acusando su sorpresa por la exhibición de juego del C.D.Ourense.

Porque los ourensanistas superaron abiertamente a los donostiarras con goles de Tomé, Seijas y Varela Pérez (0-3). No podía creer ni yo mismo lo que estaba contando en la radio. Hasta creo que al colegiado Soto Montesinos le daba tanto apuro que aprovechó un balón que, de espaldas, dio en un codo de Montenegro, para señalar penalti que marcó Corcuera (1-3) y final.

En primera página de Marca podía leerse al día siguiente “Menudo “tercera” es el Orense, (1-3) en Atocha a la Real”. “Solo marcaron de penalti” .

Fenomenal partido de vuelta. Manolín lo planteó a la defensiva. En el descanso (0-2). Rectificó. Salió Montenegro como media punta. (4-3) resultado final. Todos locos con la remontada de Orue (2), Seijas y Montenegro.

Claro que después nos apeó otro primera, el Granada (1-1) en O Couto y (3-1) en Los Cármenes. Pero en cuartos del final de la Copa del Generalisimo. Que nos quitaran “lo bailao” .

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