La carrera de los 100 metros lisos es una de las más icónicas del atletismo. Si recordamos velocistas, la mente nos sugiere a todos un cuarteto legendario: Jesse Owens, Carl Lewis, el sancionado Ben Johnson y Usain Bolt.
¿Jim Hines? Pocos lo conocen. Ni siquiera alguno de los 3.000 habitantes de Giddings (Texas) donde residió durante años. Sólo los buenos aficionados al atletismo y al olimpismo.
Porque el estadounidense fue el primer ser humano en rebajar los 10 segundos en los 100 metros. Una barrera física y psicológica, allá por los años 60. Su formidable éxito fue tan efímero que también se olvidó en apenas unos segundos.
Jim Hines se crió en Oakland, en la costa oeste. Allí soñó con ser jugador de béisbol, hasta que un entrenador le propuso probar el atletismo. Probó y se sintió insuperable.
Su progresión fue espectacular. En las competiciones universitarias ya logró bajar de los 10. En el campeonato estatal del 20 de junio de 1968, en Sacramento -conocido como 'la noche de la velocidad'- Hines hizo un 9,90. Dos compañeros más le secundaron y otros siete batieron el récord del mundo de entonces. La Federación no validó estos registros al ser por medición manual.
Hines fue más rápido que su éxito
Esta semana se cumplieron 50 años (¡madre mía!) del Gran Premio de Fórmula 1 de España, desarrollado el 19 de abril de 1970 en el Circuito del Jarama.
Prueba recordada por un espectacular accidente sucedido en la curva 9, la "Bugatti". Durante la primera vuelta, el BRM de Jackie Oliver se pasó de frenada, esquivó a varios operarios de puro milagro y envistió en un lateral al Ferrari 321B del belga Jacky Ickx. Justo en el depósito de combustible.
Los dos bólidos ardieron al momento. Oliver pudo salir por su propio pie, pero Ickx era incapaz, atrancado por los aparejos de seguridad. Su casco derretido le impedía la visión en una pavorosa bola de fuego.
Fueron 17 angustiosos segundos. Documentos gráficos y testigos presenciales -entre ellos el futuro comisario FIA y vicepresidente de la Federación, Joaquín Verdegay- recuerdan como un oficial de pista, Andrés Mas, "armado" con un extintor, le abrió un camino de salida y un guardia civil le ayudó a apagar el mono en llamas ¡con las manos desnudas!
Sin medios, sin protección. Con tanto valor como inconsciencia, salvaron la vida del joven piloto.
Sorprendentemente, la carrera ¡no se suspendió! El espectáculo debía continuar. Los monoplazas sortearon en cada vuelta llamas, operarios, chorros de agua y un sinfín de personas, con una humareda visible a kilómetros. Ganó Jackie Stewart. Terminaron 5 de 16 participantes.
Ickx quiso agradecer públicamente el rescate a ambos. A Mas, fallecido en 2011, lo visitaba cada año. Al agente le hizo llegar su mensaje en el hospital. "Por favor, no le den mi nombre. Díganle que fue la Guardia Civil", respondió. Fiel al lema de la Benemérita, "El honor es mi divisa".
Será en los Juegos de México, con pista de tartán y medición electrónica, donde Hines ganó el oro olímpico, batió el récord mundial y dejó el listón en 9,95 segundos. Tres proezas. Añadió el oro y otro récord mundial en los relevos 4x100 metros.
No necesitó guantes ni gestos para protestar por el racismo. Simplemente se negó a pisar el podio si el presidente del COI, el antisemita Avery Brundage, entregaba las medallas.
Logró el cambio, se colgó la merecida medalla y ahí terminó su bella historia.
As de la prensa deportiva
Existen periodistas con trayectorias tan duras y meritorias como las de deportistas. El mallorquín Miguel Vidal (Consell, 1942) dejó la granja de cerdos familiar para hacer carrera en Madrid. Aterrizó sin nada, durmiendo en los parques hasta ser apadrinado por José María García. Se enroló en el naciente diario 'As' y llegó a ser presidente de la asociación del gremio. Viajó por todo el mundo para cubrir eventos y entrevistar a las grandes figuras deportivas. Una magnífica recopilación de ellas se encuentra en este libro, disponible en internet.
‘Memorias de un reportero’, por Miguel Vidal. (GP editores) 303 pags.
Jarama, 1970: pilotando entre fuego y agua
Esta semana se cumplieron 50 años (¡madre mía!) del Gran Premio de Fórmula 1 de España, desarrollado el 19 de abril de 1970 en el Circuito del Jarama.
Prueba recordada por un espectacular accidente sucedido en la curva 9, la "Bugatti". Durante la primera vuelta, el BRM de Jackie Oliver se pasó de frenada, esquivó a varios operarios de puro milagro y envistió en un lateral al Ferrari 321B del belga Jacky Ickx. Justo en el depósito de combustible.
Los dos bólidos ardieron al momento. Oliver pudo salir por su propio pie, pero Ickx era incapaz, atrancado por los aparejos de seguridad. Su casco derretido le impedía la visión en una pavorosa bola de fuego.
Fueron 17 angustiosos segundos. Documentos gráficos y testigos presenciales -entre ellos el futuro comisario FIA y vicepresidente de la Federación, Joaquín Verdegay- recuerdan como un oficial de pista, Andrés Mas, "armado" con un extintor, le abrió un camino de salida y un guardia civil le ayudó a apagar el mono en llamas ¡con las manos desnudas!
Sin medios, sin protección. Con tanto valor como inconsciencia, salvaron la vida del joven piloto.
Sorprendentemente, la carrera ¡no se suspendió! El espectáculo debía continuar. Los monoplazas sortearon en cada vuelta llamas, operarios, chorros de agua y un sinfín de personas, con una humareda visible a kilómetros. Ganó Jackie Stewart. Terminaron 5 de 16 participantes.
Ickx quiso agradecer públicamente el rescate a ambos. A Mas, fallecido en 2011, lo visitaba cada año. Al agente le hizo llegar su mensaje en el hospital. "Por favor, no le den mi nombre. Díganle que fue la Guardia Civil", respondió. Fiel al lema de la Benemérita, "El honor es mi divisa".
Bla, bla y bla
"Siempre seré un campeón olímpico, pero en mi país hay tantos que se devoran como hamburguesas".
jim hines (atleta estadounidense)
"Nunca pensé en morir en un circuito, pero descubrí que entre la vida y la tragedia apenas hay décimas de segundo".
jacky ickx (piloto belga)
