Una historia de superación continua

Pedro Bermejo Montero se levanta cada día con la ilusión como bandera y no duda en animar a todos los que están a su alrededor

Descubrí la figura de Pedro Bermejo hace casi 20 años en el campo, por aquel entonces de tierra, del Pabellón, donde jugaba de portero en el equipo de División de Honor. Llamaba la atención porque era muy grande y corpulento. A mí, salvando las diferencias, se me asemejaba a Cedrún, por aquella época portero del Zaragoza. El caso es que Pedro tenía cualidades, muchas, al igual que otros compañeros que tuvieron más fortuna como Óscar Martínez o Xabi Seoane, con los que compartió vestuario en Os Remedios entre otros muchos futbolistas que, como le pasó a él, no tuvieron la suerte de salir adelante en el deporte profesional. Los éxitos se agolpaban a su puerta, fue el primer ganador del desaparecido Trofeo Miguel Ángel, que premiaba al portero con más proyección de Ourense, y defendió la portería de los mejores equipos ourensanos, véase C.D. Ourense, Ponte Ourense o Carballiño, pero el destino le tenía deparado otros partidos que desgraciadamente debería jugar.

Ahora vuelvo a encontrarme con él, pero por diferentes motivos. Sigue viviendo en su Barrocás querido, está casado y esta temporada con 35 años logró el ascenso con el Valenzá a Primera Regional. Fue su último servicio ya que ha decidido colgar los guantes, en su segunda etapa como cancerbero. Antes, mucho antes, con solo 22 años, el maldito cáncer se cruzó en su vida. Lo superó, pero ahora ha vuelto de nuevo a su vida. Yo sé que, con la fuerza y vitalidad que siempre desprende Pedro, volverá a ganar este importante partido.

Me encuentro con él y sigue siendo el mismo pese al paso de los años y los golpes que le ha dado la vida. La primera pregunta casi es obligada.

¿Supongo que se tendrá preguntado muchas veces por qué le ha tocado a usted?

Yo no, la vida es así y no hay que darle más vueltas, mientras tenga solución, para adelante; aunque seguro que mi familia se lo ha preguntado muchas veces.

¿Y cómo lo lleva?

Pues me operaron dos veces en 15 días y me han dicho que es un tumor maligno, y en otras dos semanas comenzaré con la radioterapia. Fíjate que me retiré del fútbol por la edad, no por la enfermedad.

Del fútbol en activo, ¿pero quiere seguir vinculado a él?

Por supuesto, entreno en Velle a los porteros y también en el Ourense, y me gustaría seguir la próxima temporada. En Velle continuaré, en O Couto habrá que ver lo que pasa con el equipo.

La verdad es que da gusto hablar con usted, desprende optimismo en cada frase, en cada gesto.

Yo siempre fui una persona muy optimista, así me educaron tanto en mi familia como en el mundo del fútbol, creo que esto también me ayudó mucho en las enfermedades.

Su caso a nivel deportivo es uno más de los muchos que, por unas o por otras razones, no acabó de salir hacia adelante en el mundo del fútbol. ¿Que pasó?

En Ourense es complicado poder salir. Aquí nunca se apoyó a la gente de casa, jamás, y así nos luce el pelo. Es algo que no entiendo porque cuando se les dieron oportunidades siempre salió bien.

Y a la gente que pasa por el mismo problema que usted, ¿qué consejo le daría?

Pues que siempre hay que dar el máximo en todo, estar siempre bien, animado y positivo, esto es un plus muy importante. Hay estudios que certifican que un 30 % del tratamiento es el estado de animo. Sé que no es fácil, pero, por lo menos, que lo intenten.

Por cierto, Barrocás es cuna de buenos futbolistas, ¿no?

Sin duda, aunque antes más que ahora. Nosotros estábamos en la calle jugando entre los coches, ahora no ves a ningún niño, todo son teléfonos móviles, videoconsolas y actividades extraescolares, y de esta forma es más difícil. El buen futbolista nace en la calle y luego se va perfeccionando.

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