El Mallorca se tomó cumplida venganza de la goleada (4-1) de la primera vuelta en El Molinón al derrotar por 3-0 al Sporting de Gijón en el Ono Estadi, victoria que le permite consolidar sus opciones europeas y seguir la estela del Sevilla, con el que empata a 43 puntos en la clasificación.
El triunfo del Mallorca se gestó después de un gran partido de todos sus jugadores, ante un Sporting dubitativo que nunca se encontró cómodo en el estadio del conjunto balear.
Julio Álvarez en la primera parte, Víctor Casadesús y Pierre Webó, en la segunda, firmaron la victoria balear, tercera seguida en la Liga y undécima de la temporada en su campo.
El Mallorca marcó dos minutos antes de que el Ono Estadi irrumpiera en una cerrada ovación a su equipo por las 14 temporadas consecutivas en Primera división, en un acuerdo alcanzado esta semana por los aficionados a través de internet. En ese momento, la felicidad era completa en las gradas y coincidió con los peores momentos de Sporting.
Los sportinguistas, que habían comenzado bien el partido, con orden y personalidad, se desdibujaron y quedaron a merced de un conjunto balear que se estaba gustando, como lo demostró la gran jugada iniciada por Víctor Casadesús (minuto 20) que finalizó el uruguayo Gonzalo Chori Castro con un remate que repelió como pudo el guardameta Juan Pablo.
El Mallorca dominaba y creaba ocasiones, en tanto el Sporting aguantaba el chaparrón como podía. Al conjunto asturiano se le veía falto de chispa y sin pólvora arriba, con un Kike Mateo perdido, sin apoyos, y un centro del campo que perdía demasiados balones.
En todo caso, el equipo mallorquín seguía a lo suyo, dominando en todos los sectores del campo, creando ocasiones claras, aunque sin que esa superioridad se reflejara en el marcador.
La segunda parte comenzó como la primera, con un Mallorca lanzado en ataque (Víctor estrelló un remate en el palo en el minuto 49) y un Sporting con graves dificultades en la circulación del balón y muchos fallos en los pases.
El 'Chori' Castro tuvo el 2-0 en sus botas, pero falló con Juan Pablo ya vencido. El gol de la sentencia llegó después de un grueso error de la zaga sportinguista que culminó Víctor Casadesús.
Poco antes, Manolo Preciado había dado entrada a Bilic y Maldonado por Kike Mateo y Barral, con el objetivo de reforzar su ataque.
El Sporting peleó hasta el final, pero el Mallorca ya tenía el partido totalmente controlado, hasta tal punto que los aficionados se divirtieron en los minutos finales haciendo la ola en las gradas y dedicándole gritos de olé a cada acción de los suyos.
Preciado se inculpa
El entrenador del Sporting de Gijón, Manolo Preciado, asumió toda la responsabilidad de lo ocurrido en el Ono Estadi ante el Mallorca porque 'no le he sabido transmitir a los jugadores la importancia de los tres puntos y por eso me inculpo. Cuando me pongo en primera persona no quiero que me crucifiquen, no soy un mártir, pero hemos jugado un muy mal partido ante un rival que ha aprovechado muy bien dos primeros errores absurdos para marcar', explicó el entrenador cántabro.
Julio Álvarez en la primera parte, Víctor Casadesús y Pierre Webó, en la segunda, firmaron la victoria balear, tercera seguida en la Liga y undécima de la temporada en su campo.
El Mallorca marcó dos minutos antes de que el Ono Estadi irrumpiera en una cerrada ovación a su equipo por las 14 temporadas consecutivas en Primera división, en un acuerdo alcanzado esta semana por los aficionados a través de internet. En ese momento, la felicidad era completa en las gradas y coincidió con los peores momentos de Sporting.
Los sportinguistas, que habían comenzado bien el partido, con orden y personalidad, se desdibujaron y quedaron a merced de un conjunto balear que se estaba gustando, como lo demostró la gran jugada iniciada por Víctor Casadesús (minuto 20) que finalizó el uruguayo Gonzalo Chori Castro con un remate que repelió como pudo el guardameta Juan Pablo.
El Mallorca dominaba y creaba ocasiones, en tanto el Sporting aguantaba el chaparrón como podía. Al conjunto asturiano se le veía falto de chispa y sin pólvora arriba, con un Kike Mateo perdido, sin apoyos, y un centro del campo que perdía demasiados balones.
En todo caso, el equipo mallorquín seguía a lo suyo, dominando en todos los sectores del campo, creando ocasiones claras, aunque sin que esa superioridad se reflejara en el marcador.
La segunda parte comenzó como la primera, con un Mallorca lanzado en ataque (Víctor estrelló un remate en el palo en el minuto 49) y un Sporting con graves dificultades en la circulación del balón y muchos fallos en los pases.
El 'Chori' Castro tuvo el 2-0 en sus botas, pero falló con Juan Pablo ya vencido. El gol de la sentencia llegó después de un grueso error de la zaga sportinguista que culminó Víctor Casadesús.
Poco antes, Manolo Preciado había dado entrada a Bilic y Maldonado por Kike Mateo y Barral, con el objetivo de reforzar su ataque.
El Sporting peleó hasta el final, pero el Mallorca ya tenía el partido totalmente controlado, hasta tal punto que los aficionados se divirtieron en los minutos finales haciendo la ola en las gradas y dedicándole gritos de olé a cada acción de los suyos.
Preciado se inculpa
El entrenador del Sporting de Gijón, Manolo Preciado, asumió toda la responsabilidad de lo ocurrido en el Ono Estadi ante el Mallorca porque 'no le he sabido transmitir a los jugadores la importancia de los tres puntos y por eso me inculpo. Cuando me pongo en primera persona no quiero que me crucifiquen, no soy un mártir, pero hemos jugado un muy mal partido ante un rival que ha aprovechado muy bien dos primeros errores absurdos para marcar', explicó el entrenador cántabro.
