Estados Unidos logrará una recuperación sólida a mediados de 2010, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé una contracción de la economía de ese país del 2,5 por ciento este año y que crezca un 0,75 por ciento en 2010.
Los últimos datos son ligeramente mejores a las proyecciones de abril, cuando el FMI vaticinó en su reunión semestral que EEUU se contraería un 2,8 por ciento este año y que registraría un crecimiento cero en 2010.
Las tensiones financieras, conjugadas con el ajuste en curso del mercado de la vivienda y del trabajo, pueden frenar el crecimiento durante algún tiempo y no habrá una recuperación sólida hasta mediados de 2010, pronosticó el FMI, que divulgó las conclusiones de su revisión anual de la economía estadounidense.
Aun así, el organismo multilateral subrayó que se mantienen las perspectivas de recuperación paulatina.
El Fondo pronosticó que la tasa de desempleo en EEUU podría rozar un máximo del 10 por ciento este año, y que la creciente atonía económica puede empujar la inflación básica a niveles muy bajos.
El FMI prevé que el Indice de Precios al Consumo (IPC) disminuya un 0,5 por ciento en 2009 y aumente un 1 por ciento el próximo año.
Los expertos del Fondo señalan en su informe sobre la economía de EEUU que pese a las perspectivas de recuperación existen también considerables riesgos a la baja.
Mencionan, en ese sentido, la posibilidad de que el elevado volumen de ejecuciones hipotecarias, los nuevos retrocesos de los precios de la vivienda y el creciente desempleo exacerben la presión sobre los hogares y sobre los balances de instituciones financieras nacionales y extranjeras.
Eso, a su vez, agudizaría los riesgos deflacionarios, alertó.
Otro de los riesgos es el deterioro del mercado inmobiliario comercial, que podría estar considerablemente lejos de tocar fondo, según el FMI.
A eso se suma una posible presión alcista sobre los tipos de interés generada por la preocupación en torno a la sostenibilidad fiscal.
El Fondo añade que el futuro de la economía estadounidense dependerá también en gran medida de cómo evolucione la situación en el exterior, y, entre otras cosas, del fortalecimiento de las instituciones y los mercados financieros.
El organismo considera que la prioridad inmediata de EEUU debe ser fortalecer la capitalización de los bancos y continuar vigilando estrictamente los riesgos a la baja.
Recomendó que las autoridades sigan realizando pruebas regulares para evaluar las vulnerabilidades en el sector financiero.
El Fondo destacó, por otra parte, que la crisis ha propiciado un aumento masivo de la función que desempeña el sector público en la economía estadounidense.
Recordó, en ese sentido, las intervenciones de gran magnitud para estabilizar las condiciones financieras y atenuar el círculo vicioso que amenazaba con crear una espiral económica descendente en EEUU.
El FMI alertó de que, ante el futuro, la retracción de estas intervenciones presentará importantes desafíos.
Señaló que en vista de la intensa competencia transfronteriza en el sector financiero, será necesario coordinarla a escala internacional para evitar contratiempos.
Las tensiones financieras, conjugadas con el ajuste en curso del mercado de la vivienda y del trabajo, pueden frenar el crecimiento durante algún tiempo y no habrá una recuperación sólida hasta mediados de 2010, pronosticó el FMI, que divulgó las conclusiones de su revisión anual de la economía estadounidense.
Aun así, el organismo multilateral subrayó que se mantienen las perspectivas de recuperación paulatina.
El Fondo pronosticó que la tasa de desempleo en EEUU podría rozar un máximo del 10 por ciento este año, y que la creciente atonía económica puede empujar la inflación básica a niveles muy bajos.
El FMI prevé que el Indice de Precios al Consumo (IPC) disminuya un 0,5 por ciento en 2009 y aumente un 1 por ciento el próximo año.
Los expertos del Fondo señalan en su informe sobre la economía de EEUU que pese a las perspectivas de recuperación existen también considerables riesgos a la baja.
Mencionan, en ese sentido, la posibilidad de que el elevado volumen de ejecuciones hipotecarias, los nuevos retrocesos de los precios de la vivienda y el creciente desempleo exacerben la presión sobre los hogares y sobre los balances de instituciones financieras nacionales y extranjeras.
Eso, a su vez, agudizaría los riesgos deflacionarios, alertó.
Otro de los riesgos es el deterioro del mercado inmobiliario comercial, que podría estar considerablemente lejos de tocar fondo, según el FMI.
A eso se suma una posible presión alcista sobre los tipos de interés generada por la preocupación en torno a la sostenibilidad fiscal.
El Fondo añade que el futuro de la economía estadounidense dependerá también en gran medida de cómo evolucione la situación en el exterior, y, entre otras cosas, del fortalecimiento de las instituciones y los mercados financieros.
El organismo considera que la prioridad inmediata de EEUU debe ser fortalecer la capitalización de los bancos y continuar vigilando estrictamente los riesgos a la baja.
Recomendó que las autoridades sigan realizando pruebas regulares para evaluar las vulnerabilidades en el sector financiero.
El Fondo destacó, por otra parte, que la crisis ha propiciado un aumento masivo de la función que desempeña el sector público en la economía estadounidense.
Recordó, en ese sentido, las intervenciones de gran magnitud para estabilizar las condiciones financieras y atenuar el círculo vicioso que amenazaba con crear una espiral económica descendente en EEUU.
El FMI alertó de que, ante el futuro, la retracción de estas intervenciones presentará importantes desafíos.
Señaló que en vista de la intensa competencia transfronteriza en el sector financiero, será necesario coordinarla a escala internacional para evitar contratiempos.
