S&P baja las previsiones para la eurozona, pero mantiene su pronóstico para España

La agencia de calificación Standard & Poor's volvió a revisar a la baja por segunda vez desde el pasado 31 de agosto sus proyecciones de crecimiento económico para la eurozona, para la que estima un crecimiento del PIB del 1,1% en 2012, frente al 1,5% de la proyección anterior, si bien mantiene sin variación su pronóstico para España, situado en un 0,8% del PIB en 2011 y del 1% en 2012.
S&P justifica esta decisión por el deterioro de la confianza empresarial en los países europeos y la desaceleración del crecimiento previsto en los Estados Unidos, y alerta de que la probabilidad de una nueva recesión en Europa 'sigue creciendo', aunque 'todavía no espera que ocurra'. 'Estimamos la probabilidad de que una nueva recesión llegue a Europa el próximo año en alrededor del 40%, aunque nuestro escenario base sigue anticipando un crecimiento lento y desigual en los próximos cinco trimestres', asegura en el informe el economista jefe de S&P para Europa, Jean-Michel Six.


CLIMA DE DETERIORO

La agencia explica que las encuestas realizadas a empresas y negocios entre agosto y septiembre apuntan a un deterioro en el clima empresarial, visible no sólo en las economías más expuestas a la crisis soberana, como Portugal, España e Irlanda, sino también en los países centrales de la eurozona y en el Reino Unido.

En concreto, S&P recorta medio punto sus proyecciones de crecimiento para Alemania en 2012, del 1,5% a 2,0%, debido a una demanda más débil de los mercados no europeos, que no podrá verse contrarrestada por la mejora en el consumo interno.

En el caso de Francia, la rebaja de la estimación de crecimiento en 2012 es del 1,7% al 1,3%, debido a la presión del mercado en los bancos franceses y el 'decepcionante' comportamiento de sus exportaciones.

Para Italia, la rebaja es del 0,8% al 0,5% en el crecimiento del PIB, ya que considera que las subidas de impuestos incluidas en el plan de ajuste del Gobierno de Silvio Berlusconi perjudicarán la demanda de los consumidores, que podría contraerse el próximo año.

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