La Festa da Pita 2020 ha arrancado en el barrio ourensano de As Eiroás. Durante dos semanas, sus vecinos vivirán unas intensas jornadas de fiesta, que comenzaron ayer al colgar el merco y con su tradicional Domingo Farelerio. La charanga Sorcha empezó tocando su música, para anunciar el comienzo de esta batalla de harina. Los más pequeños se fueron adueñando de la plaza de Eiroás, para disfrutar de este día.
Entre los jóvenes guerreros, preparados para la lucha, estaba Noa Ve lón: "Siempre participo en este día porque es muy divertido llenar a mis amigos de harina", cuenta. Además, también prepara las "olas" para el próximo domingo: "Las pintamos en el colegio para poder usarlas la semana que viene", comenta Velón.
Esta fechas son para el protagonismo de As Pitas de Eiroás (personaje protagonista del carnaval en este barrio), que no faltaron a la cita y se colaron en este inicio de fiesta en el barrio. "No podíamos faltar en el comienzo del Entroido", cuenta Carmen Álvarez. Equipadas para la batalla, con chaquetas impermeables y algo para tapar la cara, se adentraron en el Domingo Fareleiro. "Siempre venimos a participar", afirma Álvarez, aunque Amelia Sánchez, otras de las pitas, discrepa: "Depende como se tercie o día, igual é mellor quedar a un lado", bromea.
El tiempo dio clemencia y aguantó las lluvias, que parecían avecinarse en el cielo, complicarían la jornada: "La gente lleva mal lo de mancharse y no quieren entrar en faena", aprecia Álvarez. Pese a ello, muchos se animaron a lanzar harina entre sus rivales, ante un público atento a posibles ataques. "Eu trouxen un gorro, porque nunca se sabe", cuenta Laura Alonso. Para ella el mejor día es el martes de carnaval, cuando todos saldrán a celebrar la Voda da Pita. "Nesa non fallamos e tamén nos disfrazamos", explica Pili Salgado, una vecina de Eiroás. Ambas consideran que este día se enfoca más para los niños, que se divierten cubriéndose de harina.
Algunos llega despistado a esta cita con el Entroido: "Vine a verlo porque nunca había estado", afirma Conchi Villalta, a la que le explican en qué consisten estas tradiciones populares. Ante todo llegó preparada: "Tengo el paraguas y siempre lo puedo usar para no marcharme", comenta.
Aunque las verdaderamente equipadas fueron las niñas que acompañó Laura Iglesias. La "experiencia" ha conseguido que se vistiesen con chaquetas impermeables, gorros y gafas de natación, para que no pasase ni un gramo de harina: "Venimos con las niñas, pero si hay que mancharse se mancha, no tenemos problema", apunta.
Otras generaciones
Ver estas nuevas experiencias es un cambio para Salomón Gayoso, que recuerda cómo lo celebraba en su juventud: "Nós enchíamonos de cinsa e carbón para festexar", rememora. Para este veterano es una "bonita" bienvenida con los niños: "Hai que mantelo para que non se perda", opina.
