A mediodía, en Cualedro resonó un “Que viva o Entroido de Cualedro!”, acompañado del sonido de las chocas a modo de aplauso. Era Luciano Rivero, alcalde de Cualedro, vestido de zarramoncalleiro, que desde el balcón de la casa consistorial ensalzó esta figura, a la mázcara, a las damas y galáns y al castrón meco, a los vecinos y entroideiros y a los participes de la recuperación del Entroido en Cualedro.
Desde allí arriba destapó una máscara de zarramoncalleiro de grandes dimensiones. Bajo un fondo amarillo, el escudo del concello luce en el medio de la mitra. Obra del artesano Álvaro Ferreira, presente en este acto con sus compañeros del folión “Os Preas” de Verín, para inaugurar estas fiestas.
Para hacerlo según lo que marca la tradición, los zarramoncalleiros fueron bendecidos por el párroco del municipio tras la misa, de la que fueron partícipes. Y es que la ceremonia de este domingo estuvo presidida por los zarramoncalleiros, que se colocaron el altar. Algo curioso, pues las máscaras, figuras paganas, no acostumbran a participar en las eucaristías.
Entre el sonido de las chocas, los saltos de los zarramoncalleiros y la ilusión de los vecinos por poner Cualedro en el mapa de los entroidos de la provincia, transcurrió la primera jornada festiva en este concello, coincidiendo con la feria mensual. “Enchéronseme os ollos de bágoas, emocióname moito ver aos zarramoncalleiros”, comentaba una vecina, quien aplaudió y gritó “Viva o Entroido!” al unísono con el pueblo. Un pueblo que, como dijo Rivero, “unido consegue o que quere, como recuperar o noso Entroido e aos nosos zarramoncalleiros”.
