El Entroido de Manzaneda tiene un protagonista singular: la mázcara que se integra en los fuliones que son el alma de la fiesta en Manzaneda. El personaje interpreta una danza arcaica de gran elegancia.
Una de esas mázcaras es Jorge Pérez que señala que “levo desde pequeno sendo mázcara. O meu tío era e eu seguín a súa estela. Era unha tradición”. Jorge Pérez comenta que “a mázcara non se parece a outros personaxes do Entroido. E unha personaxe que vai ao ritmo dos bombos da Fuliado facendo sonar as súas chocas”.
La mázcara recorre los distintos pueblos y parroquias del concello y esto es todo un orgullo para los que participan en la fiesta. Jorge Pérez comenta que “que é moi emocionante ver sobre todo a xente maior nos pobos cando chega a fuliada. A mázcara vai de casa en casa e os veciños sacan viño, bica, chourizos ou xamón”.
El traje de la mázcara es muy vistoso. “A min axudame a poñelo a miña tía que leva toda unha vida facendoo e lévalle entre 30 e 40 minutos. O máis complicado de poñer soe ser a mantilla, porque ten que ir nunha posición concreta, e as cintas que son moitas e hai que facerlle unha lazada. Na elaboración do meu traxe participaou a miña nai, dúas tías miñas e unha prima que foi a que me fixo o pucho que ten a forma do castaño milenario de Pumbariños e é un proceso moi traballoso. O traxe sempre o elabora un familiar ou unha persoa moi cercana case da familia porque é algo que ten moito sentimento”, comenta.
En total entre todos los fulions deben de quedar unas 50 mázcaras en la comarca. “Nos últimos anos a cifra mantense ainda os pobos van esmorencendo e poden ir a menos”, recalca Jorge Pérez. Las próximas citas destacadas en las que se podrá disfrutar del Entroido de Manzaneda serán el próximo sábado con la Fuliada da Mourela para acá en Requeixo, la visita del fulión de Langullo a Borruga y Cubeiros, la visita del fulión de Requeixo a Bidueira y de la del fulión de Raigada a Vilarmeao. Por la noche se celebrará la Cea da lardeira. El Domingo de Entroido será la Fuliada en San Martiño y el Martes de Entroido será la reunión de todos los fulións.
Elegancia y atractivo turístico
El Entroido de Manzaneda es el fulión que se extiende durante todo un mes (este año desde el 25 de enero hasta el 25 de febrero). El fulión es una representación de los vecinos equipados con bombos, azadas y guadañas que, acompañados de las mázcaras, visitan las parroquias del entorno para animar el ambiente y pasarlo bien.
Están organizados de forma espontánea por la gente de las aldeas y el concello no interviene de forma directa. Los fulións en algunas ocasiones acaban en una Fuliada, que son piezas teatrales satíricas y coplas con temas de actualidad referidos a parroquianos: anécdotas, conflictos de fincas, conflictos de pareja, defectos de vecinos, etcétera.
Cada fulión en Manzaneda se distingue por llevar entre seis y diez máscaras. La máscara típica de esta villa destaca sobre el resto de personajes del fulión. Así, luce un armazón en la cabeza de estructura cónica y alargada que va adornado con cintas y papeles de colores. Se amarra a la cabeza con la ayuda de un paño. La máscara cubre la cara con una careta corriente que hoy es de material plástico pero que años atrás eran de cartón y de fabricación casera.
Camisa, pantalón y mantilla
Este personaje se viste con camisa y pantalón blancos. Sobre la camisa lleva una mantilla española que la cubre y que se cruza en el pecho. Lazos y puntillas adornan el pantalón.
De los hombros cuelgan cintas de colores y la vestimenta se complementa con un cayado que va revestido de cintas de colores así como de papeles multicolores. Un pesado cinturón de chocas que suenan incesantemente al compás de su portador es el otro elemento que da personalidad a esta máscara de Manzaneda. La influencia de dicho personaje se nota en pueblos de otros concellos limítrofes, que han acabado por adoptarla .
Las próximas citas relevantes del Entroido de Manzaneda serán el 22 de febrero, con la Fuliada da Mourela, el Domingo de Entroido (Fuliada en San Martiño) y la gran jornada del Martes de Entroido.
