Entroido 2023: Vilameá vuelve a danzar este Carnaval

Vecinos de Vilameá aprovechan los sábados para ensayar el baile que, el Martes de Entroido, representarán en Lobios. Se trata de un paso más en la recuperación de los rituales del carnaval tradicional en este pueblo de Riocaldo, y que se vio truncada por la pandemia.

Los danzantes de Vilameá, en la parroquia de Riocaldo, volverán a exhibir su arte este Entroido. Tras la recuperación del traje tradicional en 2020, y el parón que supuso la pandemia, los lugareños han vuelto a reunirse este invierno para recuperar las antiguas danzas que daban vistosidad al “Entroido Novo”, la de la trenza de las ocho cintas, la de los arcos y de las palmas.

Los rituales del Entroido se celebraban el martes de carnaval en la veiga de A Sanrela, en la vecina Devesa, y reunían a cientos de vecinos de toda la contorna.  “O carnaval grande era aquí. Viña toda xente de ao redor. En Lobios non había”, reivindicaba una de las más veteranas, María Da Silva. La centenaria celebración no cesó ni con el franquismo, fue la emigración la que dejó al valle huérfano de jóvenes que tomarán el relevo y mantuvieran viva la tradición. 

Olga Bernardo y Pepe Yáñez fueron testigos, en su niñez, de los últimos coletazos de aquellos festejos en los años 70 del siglo pasado y dos de sus más activos impulsores a la hora de su recuperación en el siglo XXI. “É o noso entroido, as nosas tradicións, e non queremos que todo isto se perda”, comenta Olga ataviada con el traje de danzante confeccionado a partir de colchas y pañuelos de colores y, en la cabeza, un gorro con flores. 

En Riocaldo, cada aldea tenía su propio día: el domingo gordo en Padrendo, el flaco en A Devesa, el lunes en Torneiros y el martes, en Vilameá. Un ciclo en el que también había la lectura del testamento, recordando los presentes el ingenio y la picaresca del legendario “O Grilo”; y la “Corrida do galo”, en el que los menores se vestían de “entroidos vellos” -con ropa vieja y la cara tapada- y, portando un gallo, trataban de huir del “Home do fol”, un personaje siniestro que pretendía hacerse con el animal. “O mérito estaba en conseguir fuxir e salvar o galo, que tiña como fin ser entregado o mestre da aldea”, recordaba Yáñez.

El próximo reto vecinal, además de constituirse como asociación cultural, pasa por recuperar las tradiciones del “Entroido vello”. Menos colorido y musical que el “Entroido Novo”, pero “moi divertido”, recordaba Rosa Pérez, a quien no le faltan ganas para salir a “correr el entroido” por las aldeas como antaño.

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