El cabeza de lista del PSdeG por A Coruña y ministro de Justicia, Francisco Caamaño, recordó ayer el aniversario del Prestige en la 'zona cero', Muxía, y pidió votos 'contra la marea privatizadora'. Caamaño dijo que un día como ayer hace nueve años 'este país cambió para siempre', porque 'una gran energía quedó liberada: la fuerza de la sociedad civil' y 'desaparecidos los gobiernos, emergieron los ciudadanos
El candidato aprovechó este recuerdo para acusar a los ejecutivos central y gallego de entonces, ambos presididos por el PP, de 'abandono', ya que 'cuando miramos para el Gobierno, no había nadie' y 'cuando más necesitábamos el Estado, estaban todos de caza'. 'Hace nueve años -sentenció- los gallegos dijimos nunca más' a una catástrofe como la del Prestige, a un país indefenso, a un Gobierno de ausentes, a las mentiras, a los ciudadanos abandonados, nunca más a los hilillos de plastilina, por lo que pidió que ahora 'cumplamos nuestra palabra e impidamos que jamás nuestros destinos vuelvan a estar en manos de irresponsables'. En su opinión, 'aquellos tiempos pasados se parecerán al futuro, si este país vuelve a estar en manos de gente como Rajoy'.
Crisis
Caamaño también habló sobre la crisis, para apuntar que España 'no es el responsable de la situación de Grecia y de Irlanda', sino que 'el responsable es el ultraliberalismo y la especulación', que identificó con 'esos tan amigos de las FAES', y a quienes 'Aznar aconseja'. Eso sí, reconoció que el Gobierno socialista 'cometió errores' y adoptó en los últimos meses 'medidas impopulares', pero, según defendió, se hizo para 'salvar la economía española' e 'intentando no dejar a nadie abandonado'.
Crisis
Caamaño también habló sobre la crisis, para apuntar que España 'no es el responsable de la situación de Grecia y de Irlanda', sino que 'el responsable es el ultraliberalismo y la especulación', que identificó con 'esos tan amigos de las FAES', y a quienes 'Aznar aconseja'. Eso sí, reconoció que el Gobierno socialista 'cometió errores' y adoptó en los últimos meses 'medidas impopulares', pero, según defendió, se hizo para 'salvar la economía española' e 'intentando no dejar a nadie abandonado'.
