Lucía Jiménez Gonzalo, protagonista del Foro La Región: "El cuidador debe descubrirse y construirse"
PSICÓLOGA Y PROFESORA
Lucía Jiménez Gonzalo, psicóloga y profesora en la Universidad Rey Juan Carlos, se enfoca en fortalecer la salud mental de los cuidadores. Es la protagonista del Foro La Región de este jueves
Cuando estaba haciendo las prácticas de la universidad, Lucía Jiménez Gonzalo se dio cuenta de que su vocación era cuidar a las personas con demencia y ayudar a sus familiares. Años después, decidió dar un paso más allá: cuidar a los que cuidan. Doctora en Psicología por la Universidad Rey Juan Carlos y actual profesora de la misma, Jiménez ayuda a los cuidadores a fortalecer su salud mentala la vez que desarrollan su labor.
¿Cuándo empezó a ejercer de cuidadora de personas con demencia?
Empecé en un centro de día trabajando con la propia persona, pero a medida que iba avanzando, me dedicaba cada vez más a trabajar con las familias. En los centros de día hay una parte muy importante de estimulación cognitiva, pero gran parte del trabajo es de la familia, ahí empecé a aprender con ellos sobre su día a día. Más tarde hice la tesis doctoral con el profesor Andrés Losada, catedrático en la Rey Juan Carlos, que dirigía un estudio sobre los efectos del estrés de cuidar a una persona con demencia a largo plazo. Me incorporé a la investigación sobre los efectos del cuidado en la salud psicológica de los cuidadores, pero también variables de salud física, como el riesgo cardiovascular, por ejemplo.
¿Cómo es vivir con un familiar que sufre demencia?
Es como correr una maratón, es algo a largo plazo. Una demencia puede durar entre 5-10 años, además de que es una situación muy paulatina. Empiezas a darte cuenta de que esa persona tiene ciertos fallos, problemas de la memoria que ya no son despistes sino habituales y cada vez necesitan más ayuda en el día a día.
¿Cuáles son las situaciones más delicadas?
Nosotros lo llamamos “comportamiento problemáticos” o “síntomas neuropsiquiátricos”. Se tratan de episodios de agresividad, por ejemplo querer irse de casa de repente. Es una de las cuestiones que hay que explicar a los familiares para que sepan que es normal. A mayores, hay que sumarles las emociones que les van surgiendo en esta maratón, como es la culpa, la ansiedad o incluso el duelo anticipado.
¿Qué papel juegan la comprensión y la aceptación de la enfermedad?
Son súper necesarias ya que también es muy útil para los cuidadores tener conocimiento sobre cómo actuar con el paciente, porque aunque los síntomas vienen de la enfermedad, a menudo vienen dados por el entorno y es necesario saber cómo manejarlos. Hacerse hábil en el uso de rutinas y saber cómo gestionar al paciente, va a reducir mucho el estrés del cuidador.
¿La sobrecarga mental del cuidador puede mermar su salud? ¿Cómo se soluciona si se da el caso?
Sí y muchas veces los cuidadores terminan enfermos también, es una de las cosas que trabajamos con ellos. Explicamos que si ellos no se cuidan también y se toman esta maratón como un “sprint” al final ellos terminan enfermos, y entonces, ¿quién se encarga de ambos? Es súper importante que ellos se cuiden.
¿Cuáles son las pautas o consejos para que se cuiden?
Hay pautas generales, pero deben adaptarse a la persona y su contexto. Pero es súper importante que tengan espacio para ellos, sus actividades de ocio, para el descanso, socializar con otras personas… ¿Cómo se consigue este espacio? Pues lo más importante es tener la capacidad de pedir ayuda, de darnos cuenta de hasta dónde llegamos y si es necesario pedir ayuda, tanto profesional como a la familia. Romper con la idea de que el buen cuidador es el que puede sólo, hay que trabajar más en eso.
¿Cuáles son los errores más comunes de los cuidadores?
A mí no me gusta hablar de errores, ya que los cuidadores normalmente hacen mucho más con las condiciones que tienen. Pero sí que es verdad que a veces se olvidan de sí mismos, o se hablan a sí mismos con una dureza que no lo harían con otra persona.
Hay una perspectiva social de que las mujeres se encargan más de este tipo de cuidados, ¿por qué?
Tenemos un componente social y cultural muy fuerte, históricamente las mujeres han sido las principales encargadas del cuidado en prácticamente todos los países, hemos tenido esta distribución de roles que ha sido prácticamente por imposición. En el cuidado de padres sobre todo y sí que cuando se trata de cónyuge, los esposos asumen una parte muy importante. Pero el pilar fundamental del cuidado en este país son las mujeres.
¿Qué le sucede al cuidador cuando muere un paciente? ¿Qué secuelas deja?
Lo que hemos visto es que las secuelas se mantienen, a nivel de estudios, cinco años e incluso más. Perder a un ser querido es devastador pero, además, en este caso lo que tú has hecho y lo que eres como persona durante años ha girado en torno al cuidado, y eso ya no lo tienes. Cuando terminan los efectos del estrés tras tanto tiempo, afloran los problemas. Lo vemos mucho con síntomas de depresión y con el insomnio, en cuidadores que dormían con la oreja puesta por si pasaba algo, y luego siguen sin ser capaces de dormir. Deben volver a descubrirse y construirse, y eso es mucho trabajo por delante.
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