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El Chicle, sobre el asesinato de Diana Quer: "Siento mucho lo ocurrido"

El Chicle, durante el juicio.
photo_camera El Chicle, durante el juicio.

"Si pudiera dar marcha atrás más de dos años, lo haría", ha asegurado el acusado de matar a la joven madrileña y tratar de raptar a otra en Boiro

José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, ha hecho uso de su derecho a la última palabra en la sesión final del juicio por la tentativa de rapto a una joven de Boiro para deslizar que no lo ha contado todo y que solo lo hará "cuando esté fuera", es decir, una vez obtenga la libertad.

"Yo me encargaré de que se sepa cuando esté fuera", ha espetado, en una intervención en la que ha entremezclado el caso por el que estaba siendo juzgado cometido el 25 de diciembre de 2017, el cual ha pasado bastante por alto, con el otro en el que está implicado, el asesinato y agresión sexual de Diana Quer, en el que se ha detenido más.

Ante la atenta mirada del padre de Diana Quer, Juan Carlos, ha dicho tibiamente que "si pudiera dar marcha atrás más de dos años, lo haría".

Ahora, ha sorteado su última intervención con un ambiguo "en su tiempo no he tenido la fuerza", acompañado de un "siento mucho lo ocurrido", para insistir en que "ojalá algún día se sepa toda la verdad, pero toda la verdad", porque, de lo contrario, de ello se va a encargar en cuanto deje de estar entre rejas, "pero no antes".

Visiblemente afectado, Juan Carlos Quer intentó dirigirse al tribunal e incluso llegó a ponerse en pie, pero no pudo hacerlo porque se le avisó de que se respetase el proceso, y por ende sus cauces normales, o de lo contrario tendría que abandonar la sala.

El juez lo conminó a sentarse: "Es la sala de vistas, usted es público", ante lo que Juan Carlos Quer, padre de Diana, esgrimió que por respeto, pero la respuesta fue que no se trata de respeto, porque "no quiero hablar con el público; lo echo de la sala, se está sentado como todo el mundo y callado".

La madre de la joven de Boiro tampoco aceptó el falso arrepentimiento del encausado: "Ese no tiene perdón, que lo perdone Dios si puede".

El caso ha quedado visto para sentencia, un día antes de lo previsto, después de que las partes hayan elevado a definitivas sus conclusiones.

El Ministerio Público ha solicitado que el Chicle sea acusado de detención ilegal o, alternativamente, de un delito consumado de coacciones, así como de un intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, un delito de amenazas y otro de lesiones.

La fiscal reclama en su pena máxima que sea condenado a 15 años y diez meses de cárcel y al abono de una indemnización de 15.750 euros; o alternativamente, doce años y diez meses y esa misma penalización económica.

Ha argumentado la fiscal del caso que el objetivo del acusado nunca fue hacerse con el móvil de la víctima, que "patrimonialmente le importaba un pimiento", dado que su intención era la de "privarla de libertad, encerrarla y disponer de ella sexualmente".

Mientras, la representación legal del Chicle ha sustanciado en un intento de robo toda la causa de Boiro y ha rechazado todas las demás acciones delictivas que se le intentan atribuir a su cliente, con especial hincapié en la intención sexual, dado que no está "nada demostrado".

Ese mismo letrado ha asegurado que "están intentando mezclar todo para conseguir unas pruebas hipotéticas para otro procedimiento", en referencia a la causa por Diana Quer y al móvil sexual, clave para la petición de prisión permanente revisable, que es el objetivo.

El caso Diana Quer ha estado muy presente en toda esta jornada y el presidente del tribunal se ha visto obligado a recordar en numerosas ocasiones que no era el hecho que se estaba juzgando, puesto que éste sigue pendiente de fecha.

De hecho, por el mismo, el Chicle deberá volver a ocupar el banquillo de los acusados probablemente antes de que finalice este año.

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