Los supervivientes del accidente de autobús en Cerdedo eran los únicos con cinturón

Los agentes inspeccionaron el autobús, custodiado en las instalaciones de Monbús en Lourizán.
photo_camera Los agentes inspeccionaron el autobús, custodiado en las instalaciones de Monbús en Lourizán.

La pasajera del autobús de Cerdedo prestó declaración a la Guardia Civil en el Cunqueiro, donde está ingresada, mientras que el conductor del bus lo hizo en la Comandancia

Los agentes del equipo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil, encargados de analizar las causas del trágico accidente de autobús ocurrido en Cerdedo-Cotobade cuando se dirigía a Vigo, y en el que perdieron la vida siete personas, inspeccionaron  ayer el autobús siniestrado en una jornada en la que también se tomó declaración a los dos únicos supervivientes. Los primeros informes apuntan a que solo el conductor y la pasajera que lograron salir con vida tras despeñarse el vehículo  por un viaducto, llevaban puesto el cinturón de seguridad, lo que impidió que salieran despedidos tras el primer impacto y la posterior caída de 29 metros al Lérez.

La viajera,  vecina de Ponteareas, de 49 años, habló ayer por la mañana con los agentes que se desplazaron hasta el propio Hospital Álvaro Cunqueiro, donde se encuentra ingresada en planta tras ser trasladada el martes desde Montecelo. Fuentes del caso aseguraron que la mujer habría confirmado la presencia de gran cantidad de agua en la calzada.

El chófer, vigués de 62 años, se trasladaba a las diez de la noche hasta la comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra para dar su testimonio. El hombre todavía  se encontraría muy afectado todavía por lo ocurrido. Tras el accidente, dio negativo en drogas y alcohol por lo que todo apuntaría a que las malas condiciones meteorológicas y el firme de la calzada habrían influido directamente en el siniestro. 

Los primeros análisis de la Guardia Civil barajan la hipótesis de que el vehículo habría hecho aquaplaning a su paso por el kilómetro 67,5 de la N-541. Las balsas de agua en el punto donde ocurrió el siniestro, a la altura de Pedre, eran visibles estos días. Esa circunstancia habría hecho que el autobús perdiera por completo el control. Ayer, los agentes revisaron el tacógrafo del vehículo, que determinará la velocidad a la que circulaba cuando se produjo el accidente, si bien esta podría haber variado de haberse producido la pérdida de tracción al sobrepasar un punto cubierto de agua. 

En el momento del siniestro, a las 21,20 horas del pasado día 24, las lluvias eran especialmente intensas.

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