PREMIO FORQUÉ
José Manuel Lorenzo, más osado que valiente
La llaman Atalaya a este fortín o castillo del siglo XVII, que su razón de ser podría sustentarse en el siempre latente conflicto con Portugal, prácticamente desde la independencia de este país al segregarse de la corona de León en el siglo XII.
Con el Castelo de Monterrei al lado, a pocos centenares de metros, esta atalaya de la más grande fortaleza de Galicia, parece erigida como para salvaguardar el dominador flanco noroeste de los posibles emplazamientos artilleros de un hipotético enemigo o para proteger las fuentes de agua para abastecer el castillo matriz de algún inminente asedio.
Se yergue esta pequeña fortaleza abaluartada de planta cuadrada que fue ocupada por medio centenar de guerreros entrenados para su defensa, con el solo asedio del marical Soult en la llamada guerra de la Independencia alentada por el clero contra el francés que llegó a ocuparla como la de su matriz, el castillo de Monterrei, que erigido siglos antes para contener en la llanura tamagana las posibles invasiones de los vecinos lusos. La primera imprenta gallega editó en Monterrei sus volúmenes y el castillo, aunque cuartel general de las milicias gallegas en los comienzos del XIX, fue tomado por primera vez por el citado mariscal napoleónico.
Monterrei, el castillo, fue detentado por las familias Ulloa, Zúñiga, Viedma, Fonseca, Acevedo, Alba, y aunque morada de unos días del rey D. Pedro, llamado el Cruel por unos, y por otros, el Justiciero, que refugio buscó en la fortaleza en su fratricida guerra con Enrique de Trástamara, al que la leyenda atribuye, en el entreacto bélico, algún amorío con la castellana dama trepando por la torre así llamada de las Damas, un alarde de fortaleza muscular a la búsqueda del deseo, se supone que correspondido, de este amatorio rey.
A la vera de estas fortificaciones pasaba y aun pasa el camino portugués de Chaves a Santiago que en Laza se unía al Sanabrés-Ourensán, dicho hoy y de tan repetido, Via de la Plata o Mozárabe, que acabará por imponerse por el constante interés de los promotores en darle altisonante nombre cuando la Via de la Plata es la que partiendo de Sevilla discurre por Mérida, Béjar, Salamanca, Zamora, y poco más adelante, en la Granja de Moreruela (donde el empresario ourensano Suso Domínguez ha creado productos agraro-ganaderos con la marca Petra Mora) parte el Camino por Ourense, y la auténtica Via de la Plata continúa hacia La Bañeza para unirse al Camino Francés en Astorga.
No imaginamos a 50 peones o guerreros atrincherados en su recios muros pasando penalidades por la estrechez del recinto o el encierro, pero así eran las cosas aun sobrepasada la Edad Media; los castillos jugaron un papel importante en la llamada Reconquista como disuasorios en la guerra contra el moro o entre nobles y la realeza, opresores casi siempre, lo que llevaría a la Hermandad de 1467-69, Os Irmandiños, a derribar en Galicia hasta 130 castillos signos de la opresión señorial o episcopal, aunque obligados a la restauración o reedificación por los señores triunfantes encabezados por Pedro Madruga, el arzobispo Fonseca y el Conde de Lemos en una batalla cerca de Santiago, luego abandonados poruna nobleza obligada por los reyes Católicos a residenciarse en su Corte . Pero en el citado siglo XVII apareció esta Atalaya, porque latente aun el conflicto con Portugal.
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