Cómo reducir el impacto de la sequía en el campo

Las condiciones climáticas globales han cambiado durante los últimos años, obligando a los agricultores a buscar formas de reducir el consumo de agua de sus cultivos

Galicia ha recibido algunas precipitaciones durante las últimas semanas, pero el resto de la Península Ibérica se encuentra, ya a mediados de primavera, sufriendo una importante sequía. La situación no pinta muy diferente en la comunidad gallega, pues también los años previos los embalses se quedaron a niveles peligrosamente bajos, afectando en gran medida al sector agrícola, ya que el verano es una fase crítica en el desarrollo de la producción y los cultivos requieren una gran cantidad de agua. Esto se ha visto incrementado con algunas de las explotaciones que se están extendiendo en gran parte de España, como el aguacate, que requiere una cantidad de riego aún mayor. Sin embargo, hay una serie de soluciones que se pueden llevar a cabo para tratar de reducir al mínimo el impacto que puede suponer para un agricultor un período de sequía, evitando de esta forma perder la cosecha o, al menos, reducir al mínimo las pérdidas.

  • Elegir cultivos que no requieran tanta agua
  • Utilizar especies que arrojen sombra a los cultivos
  • Utilizar mulching para reducir la evaporación
  • Reducir el marco de plantación
  • Buscar un sistema de riego más eficiente

El primer consejo puede ser el más obvio, pero muchos continúan tratando de forzar la maquinaria, afectando con sus prácticas a todo el sector, la selección de especies adecuadas. La globalización ha permitido que el mundo de la agricultura se expanda en gran medida, esto, sumado a las nuevas técnicas existentes, hace que las posibilidades a la hora de elegir un producto sean enormes. Desafortunadamente, el agricultor es un empresario, y como tal, debe buscar el beneficio en su trabajo. Una enorme cantidad de productos provenientes del sector primario se compran a un precio que apenas arroja beneficios a los agricultores, a pesar de ser el fruto del trabajo de varios meses, por esta razón, se buscan los cultivos que más se pagan.

La razón por la que el cultivo de aguacate ha aumentado tanto en España es el precio al que se compra, que rondaba la temporada pasada los 2,38€/kg de media, aproximadamente. Pero este cultivo no es propio del clima de la península, por lo que para poder cultivarlo, requiere una enorme cantidad de agua, lo que afecta drásticamente a las reservas. Para evitar esto, se deben elegir especies que no requieran tanta agua.

Una técnica que se puede utilizar para seguir cultivando especies que requieran agua -no tanta como el aguacate- sin buscar alternativas, es aplicar una gruesa capa de mulching o colocar especies frondosas como la lechuga. Esto provocará que el suelo retenga mucho mejor la humedad y permita mantener mejor el agua reduciendo así los riegos, eso sí, hay que estar atentos de la aparición de hongos. Aplicar una capa de mulching tiene la misma función, evita la incidencia directa del sol reduciendo así la evaporación del agua. Este acolchado se puede disponer con una capa de turba, estiércol, paja, periódicos o una gran variedad de elementos. 

Esta técnica también se puede extrapolar con otros cultivos reduciendo su marco de plantación. Si las plantas están más agrupadas, la sombra que arrojan sobre el suelo reducirá la evaporación del agua excedente, reduciendo así la necesidad de riego. Al igual que el método anterior, esto aumentará la humedad, por lo que se favorecerá la aparición de hongos.

Si se da el caso de que caiga alguna que otra lluvia, deberemos aprovecharla lo mejor posible. Para ello, podemos moldear el terreno, creando canales que recojan el agua de lluvia y la muevan por las zonas que más nos interese. De esta forma, reduciremos los posibles problemas generados por encharcamiento y aprovecharemos el agua de lluvia de una manera efectiva. En contra de esta método es la falta de lluvias, si no llueve, este sistema no supondrá ningún ahorro.

Los sistemas de riego son la principal fuente de pérdida de agua. Por esta razón, es muy importante buscar el mejor sistema. No todos se adaptan a todos los cultivos, por ejemplo, el riego por goteo es el más eficiente, ya que aporta dosis medidas al mililitro sobre la base de la planta. La microaspersión, por ejemplo, con un buen sistema, también ahorra agua, pero su instalación también es costosa, pero muy versátil

Estas son algunas soluciones que se pueden aplicar para reducir el impacto de la sequía en el sector agrícola. Desgraciadamente, no son infalibles y este fenómeno puede seguir produciendo pérdidas en un sector crucial para la economía.

Te puede interesar