El verano ha llegado al fin y a pesar de que el clima no nos lo esté confirmando, las horas de luz no mienten. A pesar de que las temperaturas sean más bajas incluso que en la primavera y haya llovido algún que otro día, los días son más largos y las noches más cortas y al igual que nosotros, las plantas también lo saben. Aunque no tengan un calendario, ni puedan consultar un móvil, las plantas y los animales son plenamente conscientes del momento en el que viven, aunque el clima hoy en día sea un caos.
Debido a este cambio, hay que comenzar a pensar en rotar el cultivo, si no tenemos un calendario hecho o si será esta nuestra primera andanza anual, es adecuado plantearse que cultivo queremos tener. Para decidirse, hay que tener en cuenta más cosas que el producto que recibamos, ya que si no cumplimos una serie de requisitos, no obtendremos nada. Por ello los requisitos es una de las primeras condiciones que debemos tener en cuenta, las horas de luz, el rango de temperaturas adecuado, la cantidad de agua, el tipo de suelo si lo vamos a plantar en un jardín… Son solo algunas condiciones a tener en cuenta a la hora de elegir un cultivo y para elegirlo adecuadamente, primero hay que conocer las posibilidades de la estación y sus requisitos.
El tomate es la fruta de la Solanum lycopersicum una planta de la familia de las solenáceas. Una planta de cuidados sencillos que se puede plantar en verano y recoger su fruto entre 70 y 80 días después. Como su nombre indica, es una planta que requiere mucho sol, pero también mucha agua, al menos, tres veces por semana. Si no disponemos de un jardín o una terraza también tenemos la variedad cherry que es de menor tamaño. Para que la planta crezca sana y fuerte y nos dé una buena cosecha, necesitará un buen abonado al plantarla y otra durante la floración.
Otra solenácea que se puede cultivar en verano son los Capsicum annuum, para poder tener así pimientos. Las necesidades de esta especie son muy similares a las de la tomatera, incluso el tiempo aproximado entre su trasplanta y la maduración del fruto es similar, rondando entre los 70 y los 85 días. Por desgracia no hay una variedad cuya planta sea pequeña, salvo una variedad ornamental, cuyos frutos no se comen. Sin embargo, sí que existen muchas variedades diferentes entre las que podemos elegir.
Para añadir otra especie que podamos plantar en nuestro balcón y tener así un huerto urbano con una pequeña variedad de especies, la última de la que hablaremos será la lechuga. La Lactuca sativa es una especie con muchas variedades diferentes, ya que tenemos tomates y pimientos, lo mejor es elegir una lechuga que nos guste y poder hacernos una ensalada cultivada en casa a finales de verano. Lo ideal es plantar la lechuga en primavera, pero a inicios del verano también sirve, a no ser que nos retrasemos mucho. Necesitan luz, pero no demasiadas horas de sol directo, porque podría quemarla, necesita bastante riego, pero intentando evitar mojar las hojas, para evitar la aparición de hongos a causa de la humedad y el calor. Con unos cuidados adecuados, podremos recoger nuestras lechugas al cabo de aproximadamente 60 días, dependiendo de la variedad elegida.
Otra especie que podemos elegir para cultivar algo durante el verano en nuestro balcón son las fresas. Una ventaja de las fresas es que se puede reproducir por estolones, pudiendo tener así varios ejemplares produciendo. Necesitan que la tierra esté siempre húmeda pero sin encharcarla. Las fresas necesitan luz pero hay que evitar que le dé el sol directo en las horas más calurosas, ya que su rango de temperatura óptimo se encuentra entre los 15 y los 20ºC.
