Música

Soleá le canta a las “Cosas buenas”

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photo_camera Soleá Morente.
Hija de Enrique Morente y hermana de Estrella Morente, Soleá apostó siempre por un sonido electrónico que fusiona flamenco, rumba y rock 

Un presente en el que prima la temática de denuncia de género cuando una mujer hace un disco o se sube a un escenario y con el movimiento #MeeToo casi como único axioma, hay en la música popular espacio para una artista como Soleá Morente que, feminista confesa, no reniega, sin embargo, de las “Cosas buenas” que la vida tiene para ella, para sus congéneres y para quien así lo quiera.

“Sólo tengo cosas buenas para darte”, dice desde la canción titulada justo “Cosas buenas”, adelanto de su inminente trabajo. “Átame a las líneas de tu mano / Que a veces me pierdo / Y no veo las señales / Que me envías desde lejos”, esboza desde una composición grabada, como el resto del álbum, a ritmo de flamenco y rumba bajo el paraguas del pop alternativo.

No es casual que este tercer disco, “Lo que te falta”, vaya a ver la luz con Elefant Records, y en el clip esté acompañada en los coros por las integrantes del grupo indie Cariño. Con guitarras de Víctor Iniesta (El Bicho, Tomasito, La Mari) y Eduardo Espín Pacheco (hijo nada menos que de Carmen Linares), el bajo de Julián Méndez (Los Planetas), el piano del maestro Carles Viarnés, la percusión de Popo Gabarre y Ginés Pozas y los jaleos y las palmas de Las Negris y Antonio Carbonell, es una canción que comienza con una entrada “granaína” y conduce a una habanera arrumbada, llena de luz, para que, a flor de piel, Soleá haga honor a su canto elegante a la vez que cercano.

Hija de Enrique Morente y hermana de Estrella Morente, Soleá apostó desde siempre por un sonido ecléctico, que fusiona el flamenco y la rumba con el pop y el rock, entre otros ritmos. Pero, a diferencia de lo que pasó con sus trabajos “Tendrá que haber un camino” (2015) y “Olé Lorelei” (2018), en “Lo que te falta” está muy apegada a la “naturalidad”.

“Estoy acompañada básicamente de la guitarra flamenca, que es la que lidera el ritmo de la rumba, y mi voz no tiene ‘reverb’ ni está doblada –explica-. Casi la totalidad de las canciones están tocadas de una toma y eso hace que haya una gran naturalidad”.

Quien también es actriz –hizo, por ejemplo, la obra de teatro “Yerma” con Miguel Narros o la película “La virgen de agosto” de Jonás Trueba-, eligió apostar en esta ocasión por “un sonido apegado a la tierra, un sonido popular”. Así lo demuestra en el disco que llevará en vivo desde abril por toda la geografía española.

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