La Revista
La lamprea precede a “Sabores do Mar”
En las reglas del maridaje de vinos con comidas existe una regla clásica que aconseja vinos blancos para pescados y mariscos y los tintos para carnes y guisos de enjundia. Por encima de ella siempre está el principio de que sobre gustos no hay nada escrito y hay quienes disfrutan magníficamente de un lenguado a la plancha con un vino tinto y quienes se sienten felices comiendo un cocido con un vino blanco.
Pero sí es cierto que, al margen de gustos y normas, a medida que un plato se va haciendo más contundente, parece que quiere un vino que le acompañe con una mayor complejidad. Y eso puede hacerse con vinos blancos, con más crianza por ejemplo, o con tintos. La lamprea suele ser un plato contundente, sobre todo a la bordelesa, e igualmente en empanada y en la mayoría de las zonas lampreeiras de Galicia y el norte de Portugal suelen acompañarla con vinos tintos. En esta sección de hoy hemos traído siete vinos tintos elaborados además en regiones vinícolas en las que también se pesca o al menos se cocina, la lamprea: A orillas del Ulla y en el Miño hasta Frieira. Así que veremos monovarietales de Caíño, Sousón, Espadeiro, condado tinto, un condado blanco con crianza y un singular coupage procedente de Melgaço, en la orilla portuguesa del Miño, en el que se ensambla la variedad Vinhao, que es la Sousón portuguesa, con la borgoñesa Pinot Noir y un 15 por ciento de Alvarinho, lo que no le quita ni una pizca de color.
Aunque los tintos de Rías Baixas suelen tener fama de ser ácidos y con poco cuerpo, la realidad tiene poco que ver con esa creencia, como se puede ver en esta selección en la que encontraremos vinos con cuerpo y estructura, alguno de ellos con crianza y, en el caso de los condados tintos, una elaboración que es muy semejante a la de los vecinos que Miño arriba encontraremos en el Ribeiro.
No es casualidad que dos de los ocho vinos sean de Señorío de Rubiós, una bodega que se ha distinguido desde hace tiempo por su apuesta por los tintos y por recuperar variedades tintas históricas, hasta el punto de que elabora más que el resto de las casi doscientas bodegas de Rías Baixas juntas.
