¿Es peligroso conducir estando embarazada? Consejos para hacerlo de forma segura

photo_camera Una mujer conduce su vehículo con el cinturón de seguridad situado correctamente bajo el vientre.
Durante mucho tiempo se ha recomendado de forma falsa evitar este tipo de actividad y aunque tiene algunos riesgos, con unos consejos se pueden reducir al mínimo

El embarazo es una época de cambios en la mujer que obliga a tomar precauciones a la hora de subirse a un coche.  Contrariamente a lo que se piensa, salvo en una parte muy específica de la gestación, conducir no supone un riesgo para el feto mayor que otro tipo de actividades, aunque es necesario hacer uso de una serie de consejos sencillos para minimizar los mismos durante los trayectos.

Si hay riesgo, no conducir
El último trimestre de embarazo y las primeras semanas son puntos marcados en rojo a la hora de conducir (las semanas ideales son entre la 18 y la 24). El riesgo es mayor y se debe evitar a toda costa, salvo que sea absolutamente imprescindible. También, como es evidente, si es un embarazo con un factor de riesgo la conducción estará prohibida terminantemente. Es absolutamente imprescindible consultar al médico cualquier duda al respecto.

El cinturón, siempre puesto
Es una de las falsas creencias, que el cinturón es negativo para el feto ya que lo oprime y puede causar lesiones. Al contrario, el uso de este elemento de seguridad situado de forma correcta evita la eyección de la conductora y por lo tanto graves daños. Lo principal es situar la banda inferior por debajo del vientre, a la altura de las ingles (sobre los muslos) y la superior entre los senos y alejada del cuello para evitar lesiones de gravedad en una zona realmente delicada. No se recomiendan los cinturones de dos puntos, aunque lo cierto es que ahora mismo apenas son utilizados.

El airbag, activado
Otro mito que debe evitarse, lo que sí resulta importante es mantener una distancia de más de 25 centímetros con respecto al volante y que el mismo (y por lo tanto el airbag) esté orientado hacia el vientre. Siempre tendrá que estar dirigido hacia la cara y el tórax. Para ello habrá que regular el volante mediante los elementos que trae el vehículo. Al principio puede ser más incómodo, pero la seguridad manda.

Si es acompañada, mejor
En el día a día es difícil viajar siempre con un acompañante, más con la pandemia. De todas formas, los cambios hormonales y físicos que provoca el embarazo pueden mermar las condiciones a la hora de guiar un vehículo. Ante cualquier tipo de indisposición momentánea o mareo previo a la conducción debe dejarse pasar y hablar con el médico para consultar las medidas a tomar.

La espalda, recta
Aunque sea incómodo y muchas mujeres sufran de lumbago durante la gestación, la espalda debe estar siempre recta. Se puede utilizar algún tipo de faja específica para reducir la tensión.

Conducción suave
También es algo que debería hacerse en el día a día sin estar embarazada, pero crece la importancia de la conducción fluida. Evitar los acelerones y frenazos fuertes reduce el estres del feto y evita problemas. Aumentar la distancia de seguridad y extremar las precauciones también mejora el viaje. Es importante viajar y desplazarse sin grandes dosis de nerviosismo, ya que las prisas no son buenas. Con el embarazo, los momentos de viajar sin el tiempo necesario deben pasar a un segundo plano y hay que plantearse los viajes de otra forma. Planificación y buena organización, la clave.

Los viajes
Es una norma aplicable a todos los viajes, pero cuando hay una embarazada es necesario extremar las precauciones. Estos no deben superar las tres horas y es recomendable detenerse al menos una vez por hora para estirar las piernas e hidratarse correctamente. Todo lo que supere ese tiempo, mejor en tren o avión.

De acompañante, sin problema
Si no se va a conducir, los viajes pueden realizarse sin problema teniendo en cuenta que es más seguro ir en el asiento posterior. Es necesario seguir las mismas normas con el cinturón y demás elementos.

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