La alegría se palpaba en el ambiente. Y no era para menos, pues Retorta recuperó sus fiestas en honor a Santa Mariña y San Antonio. Unas fiestas que no se celebraban desde antes de la pandemia, por lo que “é normal que tivéramos ganas, é unha festa especial”, comentaban entre ellos los vecinos ayer.
Y es que la cita festiva en este pequeño núcleo poblacional del concello de Laza se celebra una tradicional batalla de moros y cristianos. “Que guapos!”, “Como locen os vestidos”, “Como falan!” eran algunos de los comentarios que se escuchaban mientras una veintena de vecinos recrearon una batalla entre moros y cristianos. Comenzó tras la procesión por el pueblo encabezada por los cristianos, mientras los moros esperaban en el campo para darlo todo por defender su espacio.
A pesar de los esfuerzos, los claros ganadores fueron los cristianos, quienes defendieron su terreno y echaron a sus contrarios de Retorta, su tierra. Momento emocionante para aquellos que participan en el evento y para sus organizadores, que cuidan todos y cada uno de los detalles.
Tras la batalla, que se recreó en el campo de la fiesta, se celebró una misa para dar paso después a la “troula”. Abrazos, carcajadas y reencuentros, pues “as festas da aldea son días para reencontrarnos con xente que vimos crecer e que viven fora”, comentaban vecinos que se rencontraron tras tiempo sin verse. A las 21,00 horas la orquesta Triunfo amenizó la jornada para culminar de madrugada con la discomóvil A Gramola.
