Este lunes se volvió a escuchar eso de “San Antón, San Antoniño, santo que non bebe viño” en el monte de Ábedes (Verín). Cada año, los vecinos de la comarca marcan en su calendario el 17 de enero, día festivo en Verín en el que se honra al patrón de los animales y se disfruta de la jornada en las inmediaciones de la capilla del pueblo. En 2021 el coronavirus no permitió la celebración, pero este año, aunque el Concello no promocionó la fiesta, los devotos y romeros subieron al San Antón para recuperar la tradición. Eso sí, con cautela y con menor afluencia que antes de la pandemia.
La romería estuvo bajo la vigilancia de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil que, apoyados por la Policía Local y Guardia Civil, controlaron el tráfico, supervisaron -en su medida- el cumplimiento de las normas y aseguraron que “no hubo grandes incidentes y la afluencia fue mucho menor, pero es normal, hay que ser prudentes”.
Fueron estos voluntarios quienes abrieron paso a la procesión que llegó a la capilla del San Antón sobre la 13,00 horas. Allí, los párrocos Óscar Martínez, José Antonio Rodríguez y David Justo honraron a San Antón con una misa. “Esta cita é sempre ao aire libre, pero este ano polo coronavirus non puido vir unha charanga para acompañar a misa como outros anos”, apuntaba Justo. Lo que no faltó fue la bendición de los animales que allí se encontraban -perros y gatos-.
“Son moi devota, veño todos os anos”, contaba Adela Atanes, quien acudió a la misa del San Antón acompañada de unas amigas. Ellas nunca faltan a la cita. La comida ya depende de sus ganas: “Se me apetece un chouriciño veño facelo aquí a tarde, que sabe moito mellor que na casa”, añadía Atanes.
Y es que más allá de la tradición religiosa, el monte de Ábedes acoge a grupos que aprovechan la festividad para disfrutar de una comida al aire libre. Un vecino del núcleo rural, José Luis Fernández, quien año tras año acude a la capilla con sus familiares y vecinos para honrar a su santo, contaba que “outros anos estaba todo o monte cuberto de fume, non se vía nada, viña moitísima xente. Aínda así, este ano coa situación que temos, hai bastante xente”.
Con sus mejores galas de montaña, jóvenes y mayores disfrutaron de una jornada en la que reinó el sol -a pesar de amanecer con niebla-. Chorizo, churrasco, empanada y vino fueron los protagonistas. La música, sin charangas ni grupos, corrió de la mano de las diferentes pandillas. Incluso sonaron las chocas de algunos niños, en un día en que años atrás los cigarrones vestían por primera vez el traje y subían a Ábedes para anticipar los días de Entroido.
“É tradición vir pasar o día e desfrutar cos amigos. Este ano somos menos porque algúns non están, outros non poden e polo coronavirus, temos que ter coidado, aínda que acabamos de pasalo fai pouco, nunca se sabe e hai que ter precaución”, aseguraba el joven Gerardo Martínez, quien festejó con sus amigos el “San Antón, San Antoniño”. Una celebración que tienen muy presente los feligreses y romeros de toda la comarca, la que esperan “poder retomar para o vindeiro 2023 ao cen por cen sen o virus de por medio”.
Los testimonios
José Luis Fernández, vecino de Ábedes: "Recordo outros anos que estaba todo o monte cuberto de fume, viña moitísima xente".
David Justo, párroco de la comarca: "A misa faise ao aire libre sempre, pero este ano co coronavirus non veu a charanga".
Adela Atanes, vecina de Verín: "Son moi devota, veño todos os anos, e se me apetece un chouriciño veño facelo aquí".
Gerardo Martínez, vecino de Cabreiroá: "É tradición vir aquí a pasar o día e desfrutar cos amigos, pero hai que facelo con coidado".
