CONFLICTO EN EL CARIBE
EEUU pone cerco al petróleo venezolano con dos abordajes
PASO A PASO
Donald Trump regresa a la Casa Blanca con una agenda en política exterior con similitudes respecto a su primer mandato y con los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo con principal desafío, especialmente tras su reiterada promesa de que no haya “nuevas guerras” durante su segunda estancia en la Casa Blanca.
El primer mandato del republicano ya estuvo marcado por una serie de polémicas decisiones que distanciaron a Washington de posiciones asentadas, incluida la retirada de diversos acuerdos internacionales y el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, algo que elevó las tensiones en Oriente Próximo.
Durante su campaña electoral, Trump ha mantenido una línea dura sobre los mismos temas que ya abordó en su primer mandato entre 2017 y 2021, incluida la imposición de aranceles a China y las críticas a la OTAN sobre la necesidad de que sus Estados miembro aumenten su financiación, a las que ha sumado ahora exigencias sobre Groenlandia o el control del canal de Panamá.
El presidente electo tiene por ello en su punto de mira la lucha con China por la hegemonía mundial, especialmente en el plano comercial, motivo por el que ha apostado por medidas para proteger los intereses de Washington ante lo que describe como actos ilegales de Pekín, incluida la supuesta manipulación de divisas.
La postura de Trump en este sentido tiene numerosas ramificaciones, especialmente después de que Estados Unidos haya incrementado el foco de interés en la región de Asia-Pacífico, aumentando su respaldo a los socios en la zona ante el aumento del peso de China, incluido un posicionamiento más claro a favor de Taiwán.
En esta ocasión, los días previos a su toma de posesión han estado marcados por las tensiones provocadas por sus palabras sobre la posible adquisición de Groenlandia, bajo soberanía danesa, y la toma del control del canal de Panamá, así como por haber puesto sobre la mesa que Canadá pase a ser uno de los estados de Estados Unidos.
La declaraciones de Trump, que ha llegado a decir que no descarta el uso de la fuerza militar en los casos de Groenlandia y el canal de Panamá, han provocado críticas por parte sus aliados, que han sido pillados con el pie cambiado ante estas exigencias en un momento en el que se encuentran centrados en la amenaza que supone la invasión rusa de Ucrania.
Además, ha protagonizado ya encontronazos con México al apostar por renombrar el golfo de México como “golfo de América”, lo que ha provocado una respuesta irónica por parte de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
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