El expresidente de Sudáfrica tuvo que ser hospitalizado en los últimos dos años en cinco ocasiones

Nelson Mandela: adiós al héroe de la paz

Nelson Mandela, durante la celebración de su cumpleaños en julio de 2005 en Johanesurgo.  (Foto: KIM LUDBROOK)
Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica y el hombre clave para acabar con el régimen racista del apartheid, falleció ayer a los 95 años en su casa de Johanesburgo, donde se le venía tratando desde el pasado septiembre por la recaída de una infección pulmonar, según confirmó el presidente surafricano Jacob Zuma. Durante los últimos dos años tuvo que ser hospitalizado en cinco ocasiones, la última de ellas por una infección pulmonar, el pasado 8 de junio, un problema que ha arrastrado su salud desde los tiempos de confinamiento en la prisión de la isla de Robben.
Pocos hombres han cambiado el rumbo de la Historia como lo hizo Nelson Mandela, un luchador incansable que, pese a pasar 27 años en la cárcel, logró derrotar al régimen racista del 'apartheid', uno de los más despiadados del siglo XX.

La muerte del carismático expresidente sudafricano ha causado enorme consternación no sólo en su país, donde es un héroe nacional, sino en el resto del mundo, donde se convirtió en un símbolo de la esperanza y del triunfo del espíritu humano.


CLAVE EN EL SIGLO XX

Con Mandela desaparece una de las grandes figuras políticas del siglo XX. Su elección como presidente en las primeras elecciones multirraciales, celebradas el 27 de abril de 1994, supuso la culminación de una trayectoria que empezó en las juventudes del partido Congreso Nacional Africano. Condenado a cadena perpetua en 1962 por su lucha contra el apartheid, pasó 27 años encarcelado, la mayoría en el penal de la isla de Robben.

En 1993 recogió el Premio Noble de la Paz y en 1999 se despidió de la política activa. Aunque siempre bromeó con su retiro, no dejó en todo este tiempo de participar en foros internaciones, homenajes hacia su persona o conciertos como el que se celebró en Londres para agradecerle su mensaje de convivencia y solidaridad con los más necesitados.

Madiba, nombre de su clan por el que se le conocía cariñosamente en Sudáfrica, apareció en público por última vez en la clausura del Mundial de Fútbol de Sudáfrica de 2010. Su popularidad estuvo siempre acompañada de un acoso mediático que duró hasta sus últimos días de vida, con legiones de periodistas acampados, ante el hospital de Pretoria en el que estuvo internado el expresidente y ante su casa.

'Cuando salí de la cárcel, me di cuenta de que lo que más deseaba no era la libertad, sino volver a mi vida corriente: ir a trabajar a mi oficina, salir a comprar pasta de dientes a la farmacia, visitar a mis amigos', llegó a confesar Mandela en su autobiografía. Fue, sin embargo, un sueño que nunca llegó a cumplir. Todos los líderes internacionales expresaron ayer su pesar por la muerte de uno de los símbolos del siglo XX.

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