Los autobuses recogieron ayer a los escolares del centro de A Uceira con total puntualidad. El colegio público Calvo Sotelo recobraba de esta forma la normalidad después del caos vivido entre el lunes y el miércoles de esta semana a consecuencia del retraso de hasta 20 minutos por parte de los autocares que realizan la línea de las 14.30 y la de las 15.30 horas para trasladar a los niños a sus casas.
La Policía Local volvía ayer a realizar un control de horarios y de seguridad a la salida de clases. Los agentes comprobaron que después de tres días de retrasos en la llegada de los autobuses, ayer se cumplieron con exactitud, al mismo tiempo que se reforzó el servicio con dos vehículos más.
Los agentes confirmaron que de momento continuarán durante unos días con la vigilancia en una labor de prevención de accidentes.
La situación de riesgo para los pequeños se producía cuando los autobuses llegaban tarde y con prisa para volver a arrancar. Mientras algunos maniobraban, los niños ocupaban sus respectivos asientos en otros ya estacionados. Por ese motivo, la dirección remitía un informe a Educación para que solucionase el problema de los retrasos, mientras la Policía Local lo hacía ayer dirigido a la Xunta y también a la Alcaldía de Carballiño.
Los agentes confirmaron que de momento continuarán durante unos días con la vigilancia en una labor de prevención de accidentes.
La situación de riesgo para los pequeños se producía cuando los autobuses llegaban tarde y con prisa para volver a arrancar. Mientras algunos maniobraban, los niños ocupaban sus respectivos asientos en otros ya estacionados. Por ese motivo, la dirección remitía un informe a Educación para que solucionase el problema de los retrasos, mientras la Policía Local lo hacía ayer dirigido a la Xunta y también a la Alcaldía de Carballiño.
