El alcalde de O Carballiño insiste en que ocupa el cargo con "humildad" y valora en gran medida la posibilidad de escuchar y dialogar con los vecinos
El Concello de Carballiño cambió de gobierno en las pasadas elecciones municipales de mayo. El equipo del socialista Francisco Fumega se impuso, aunque sin lograr la mayoría absoluta, al grupo del PP, que marcó las directrices de este municipio durante los anteriores cuatro años. El alcalde tiene ahora por delante la difícil tarea de intentar satisfacer las demandas que a diario le plantean los vecinos, cumplir con los compromisos adquiridos durante los años de oposición y en campaña electoral, y negociar con otras fuerzas que forman parte de la Corporación de las que necesita apoyo para sacar adelante la gestión municipal.
Fumega insiste en que ocupa el cargo con "humildad" y valora en gran medida la posibilidad de escuchar y dialogar con los vecinos, al mismo tiempo que no deja de referirse a las dificultades económicas de muchas familias debido a la falta de trabajo.
¿Se siente cómodo en el sillón?
Cómodo no, me siento preocupado porque hay mucha necesidad, es un sillón desde el que recibo a personas, muchas de ellas al borde de la desesperación, y en ese contexto es difícil sentirse cómodo. Viene gente sin trabajo, sin prestación familiar, que lo están pasando muy mal. La realidad se percibe con malas perspectivas de encontrar trabajo, la gente tiene poca fe.
¿Qué puede hacer un alcalde ante situaciones tan difíciles?
Escucharlos y poner en marcha proyectos que puedan contribuir a la recuperación económica y creación de empleo. Si se consigue, se podrá ir mitigando el paro.
¿A qué proyectos en concreto se refiere?
Carballiño tiene muchas particularidades para despegar económicamente. Está el termalismo por el que apostamos. Si consiguiéramos que los propietarios de ambos balnearios modernizasen las instalaciones, lograríamos que Carballiño volviese a ser referente en el sector termal y en turismo, un sector que mueve dinero. También está el parque empresarial. El Concello apuesta por apoyar cualquier iniciativa empresarial, tanto con políticas fiscales como de apoyo a los emprendedores. Y hay otros proyectos, como poner en marcha el matadero municipal. Se trata de implicar distintos sectores y dar la vuelta a esta difícil situación.
En días pasados mantuvo contactos con los propietarios de los dos balnearios -Gran Balneario y Caldas de Partovia-, ¿se alcanzó algún acuerdo?
El Concello no tiene que llegar a acuerdos con los balnearios. Ellos tienen que trabajar en positivo y modernizar las instalaciones. Si lo hacen el Concello será su fiel aliado, podrán contar con todo el apoyo. Ellos tienen proyectos, pero hay que ser prudentes y ver que esos proyectos siguen adelante, creo que no les faltan ganas.
En estos meses ha podido analizar la situación de Carballiño desde el punto de vista de un alcalde. ¿Lo que ha encontrado es lo que se esperaba?
Más o menos sí, era lo que me esperaba, porque ya fue el diagnóstico que hicimos durante los cuatro años de oposición y lo que había era lo que nos esperábamos: Una situación complicada en la que hasta que se aprueben los presupuestos municipales es difícil dar respuesta a los vecinos. Por eso, estamos trabajando en unos presupuestos adaptados a la realidad del Concello.
¿Cuales han sido las acciones en los primeros 100 días?
El plan de limpieza y recuperación de espacios que estaban totalmente abandonados como las riberas del Arenteiro y el Parque municipal. Creo que los vecinos lo han valorado de forma positiva. También ha sido un tiempo para hacerme con el control y empezar a pensar en proyectos de futuro. Por otro lado, hubo muchas reuniones con los vecinos para ver sus demandas y tratar de solventarlas. Estos tres meses han sido, sobre todo, para establecer contacto con los ciudadanos y trabajar en el presupuesto que queremos aprobar a principios del próximo año.
El PP acaba de impugnar la cuenta general de 2014. ¿Empieza esta etapa con mal pie?
La impugnación es una irresponsabilidad porque además no hay que olvidar que el PP ha recurrido sus propias cuentas. El hecho de que el Concello no tenga interventora titulada es porque el anterior alcalde, Argimiro Marnotes, autorizó la comisión de servicio para que se fuera. Es una situación derivada de su incapacidad y para Carballiño es perjudicial porque se puede quedar sin subvenciones el año próximo y hay necesidades tan importantes como la brigada de emergencias y otras muchas que reciben ayudas que podrían verse perjudicadas por causa de no aprobarse la cuenta general.
Aprobó la adquisición de la antigua fábrica de papel, pero rechazó la posibilidad de comprar la casa Soto. ¿Qué criterios han marcado la diferencia?
Porque en la fábrica de papel ya se hizo una inversión pública hace años de 1.200.000 euros en lo que eran las instalaciones de la fábrica. Gastar ahora 600.000 euros por ese edificio y 40.000 metros de finca está bien. Yo no voté en el pleno, pero la compra fue aprobada por el PP, Alternativa Veciñal y PSdeG, únicamente se opuso el BNG. Hay una diferencia notable en relación a la casa Soto porque ya hubo inversión pública en ese paraje. También es una obra que nos pondrá en la vanguardia de la musealización, una obra del arquitecto Gallego Jorreto, que le otorga una plusvalía en todo el panorama museístico.
¿Cuál será el futuro de esas instalaciones?
Su futuro pasará por ser un centro cultural de referencia. La fábrica de papel va a tener un peso importante ligada a la Piscifactoría, al Parque municipal, el camping y los molinos. Se le dará al parque etnográfico un empujón definitivo, impulsando un turismo continuado. Carballiño tiene potencial para ser un destino importante. Un objetivo que tiene este grupo de gobierno es atraer gente a la villa procedente de las ciudades. El rural está exprimido desde el punto de vista demográfico, cada vez hay más aldeas abandonadas, pierde población, y de lo que se trata es de captar gente de otros entornos, algo que exige políticas de ámbito comercial y alicientes para que residentes que viven en ciudades a 15 minutos de distancia se instalen en villas como Carballiño.
Cuando estaba en la oposición insistía en la necesidad de ofrecer oportunidades a los jóvenes para que no abandonaran Carballiño. ¿Qué piensa hacer?
Lo primero poner en marcha una bolsa de empleo municipal y elaborar un plan de empleo, y para ello esperamos contar con unos presupuestos nuevos en los que se podrá definir el carácter social que puede tener o no tener un grupo político. Hay que llevar a cabo programas de formación y hay un sector importantísimo para Carballiño que es el metalúrgico. Tenemos que hacer un esfuerzo para formar a la gente cara el mercado laboral que muchas veces no se cubre con gente de aquí. Deberá ser un plan coordinado con otras instituciones para darle un mayor impulso como la Xunta y la Diputación provincial. Es un compromiso en el que estamos trabajando para poder contar con mayores posibilidades de desarrollo para las personas. Coordinando la iniciativa privada, potenciando al mismo tiempo esa iniciativa privada, junto con un plan de acción de carácter público se puede mitigar en parte el problema del paro.
En estos 100 días de gobierno, la oposición ha criticado sobre todo que no municipalice los servicios. ¿Es complicado?
Es complicado municipalizar servicios porque el Concello no puede contratar más personal. Tenemos cuatro barrenderos porque no podemos contratar seis, pero hay concellos como el de Pontevedra que también tiene muchos servicios privatizados. Es difícil volver a municipalizar aunque es nuestro interés y nuestra propuesta, pero no se puede hacer demagogia. Este marco puede cambiar a partir de diciembre, dependiendo de las elecciones porque es algo impuesto desde Madrid. Todo lo que podamos cambiar lo haremos y hay que tender a políticas de unión con otros concellos para llevar a cabo políticas de servicio público.
¿Con qué grupo de la oposición tiene mayor afinidad para negociar?
Hay tres grupos para negociar y tengo más afinidad con los de izquierdas. Percibo un talante más constructivo en Alternativa Veciñal que en el BNG. Se pactará con cada uno de los tres, dependiendo de los asuntos.
¿Que proyectos tiene para estos cuatro años?
Reposición de infraestructuras viarias, la racionalización del consumo energético y la potenciación del matadero y parque etnográfico, además de prestar más atención al rural e intentar paliar el abandono que sufre.
