Una obra de 300.000 euros permitirá acondicionar 12 calles en armonía con el centro de la localidad

El pueblo de Cea unificará la línea estética de toda la villa

Uno de los viejos hornos rehabilitados en el casco antiguo de Cea. (Foto: MARTIÑO PINAL)
El acondicionamiento y embellecimiento del casco urbano de San Cristovo de Cea se ampliará a las calles que rodean el centro. La reforma que mejoró el aspecto de ocho viales del casco antiguo, cuyas obras concluyeron a finales de 2010, tendrá ahora continuidad en otras 12 calles, que en la actualidad tienen un pavimento de hormigón muy deteriorado, según puntualizó el alcalde José Luis Valladares.
Con este nuevo proyecto la estética de la localidad será uniforme, ya que seguirá la misma línea de las obras ya rematadas, con la utilización de piedra y hormigón impreso en colores ocre y rosado. El Concello presentó la memoria técnica ante la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, que ha dado su visto bueno para la financiación de las obras, que saldrán a concurso una vez redactado el proyecto definitivo.

La inversión ronda los 300.000 euros e incluye además del nuevo pavimento y embellecimiento de las 12 calles, la sustitución de la red de saneamiento, que por su antigüedad, también se encuentra bastante deteriorada.

Se trata de una intervención que tiene como principal finalidad la humanización del conjunto urbano, uno de los más visitados del medio rural carballiñés durante todo el año. La compra del pan de Cea, el recorrido turístico por los hornos rehabilitados y el hecho de ser casi paso obligado para los peregrinos que eligen la Ruta da Prata consiguen que el continuo ir y venir de personas sea algo habitual. José Luis Valladares constataba esta circunstancia este pasado sábado cuando el Concello se vio obligado como otras muchas veces a lo largo del año a habilitar el pabellón de deportes para que pudiesen dormir los 70 peregrinos que decidieron rematar la jornada en Cea.

Dentro del plan general de embellecimiento de la localidad se incluyó la restauración de ocho viejos hornos en los que se cocía el pan, de los cuales, uno de ellos fue habilitado como un pequeño museo con todos los útiles que se empleaban antiguamente para la elaboración de este producto artesanal. El alcalde declaró que todavía quedan dos de estos edificios pendientes de restauración dentro del casco histórico, además de la reparación de algún tejado.

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