El “pulpo á feira" volvió a Cea

Muchos compradores y ni un solo vendedor con productos de proximidad en la primera feria de la provincia en San Cristovo de Cea, después de la parálisis del estado de alerta. No obstante, los vecinos y visitantes tuvieron la oportunidad de comer el "pulpo á feira" que tanto se hecha de menos en la comarca de Carballiño y en toda la provincia. Allí estaba Mercedes Conde, la única de las tres pulpeiras que habitualmente asistían a esta feria. "Hai moito encargo, a xente estaba deseosa de comer o pulpo", explica esta profesional de la villa del Arenteiro, quien aseguraba que "aquí en Cea hai moita tradición de levalo para a casa e como non hai bares abertos pois agora é o único que poden facer".

Mercedes Conde no era la única sorprendida y también decepcionada ante la ausencia de los puestos de productos agroalimentarios que estaban autorizados a vender en este tradicional mercado de proximidad. El alcalde, José Luis Valladares, aseguraba que a las 08,30 horas había más de una treintena de personas dispuestas a comprar "o rianxo", es decir cebollas, pimientos, tomates, lechuga, repollo, porque ya se está haciendo tarde para cultivo.

El Concello de Cea había dispuesto de las agrupaciones de Protección Civil de este municipio y del vecino Piñor, además de contar con la Guardia Civil, "pero realmente a xente chegou á Praza Maior e fixo unha cola gardando perfectamente as distancias. Ao ver tanta xente e ningún posto, díxenlles que esperaran un pouco, pero finalmente, non sabemos o motivo, pero non se presentou ningún vendedor", explicaba el alcalde.

La gente fue abandonado la plaza, pero no sin antes encargar el pulpo y de paso aprovechar la oferta de plantas que tenía la Ferretería Cea, cuyo propietario, Antonio Álvarez, reconocía que "estou a tope toda a mañá, farteime de vender". Sus plantas proceden de las zonas de O Rosal y de la provincia de Lugo, según indicó.

La afluencia continuó durante la mayor parte de la mañana de manera paulatina. Entre los rezagados estaban Eladio Iglesias y María del Carmen Mou, que también quedaron decepcionados ante la ausencia de mercaderes. Esperaban ver cierto movimiento en la Plaza Mayor, pero se encontraron con que solamente había coches aparcados, que permitió el concello ante la fallida feria.

"Síntome decepcionado máis que nada pola decepción da xente que viña con toda a ilusión a comprar o rianxo. Había máis de 30 clientes pero os feirantes non apareceron. A xente terá que ir á próxima feira que é a do Carballiño o día 16 se quere comprar e se hai vendedores", señalaba el alcalde, José Luis Valladares.

La autorización en vísperas de la feria no ha dado tiempo a los feriantes a realizar un traslado seguro, según opinaban algunos residentes de la localidad.

Pese a ello, los vecinos no lo daban todo por perdido, porque después de mucho tiempo pudieron disfrutar del pulpo con su apreciado pan de Cea.