Trabajadores de la Residencia Hermanos Prieto (Asilo do Carballiño) se manifestaron ayer, primero frente al mismo centro geriátrico y seguidamente delante del Ayuntamiento, contra el despido de dos trabajadores y para reclamar “respecto como persoas por encima de calquera interese económico”, al mismo tiempo que acusan a la dirección de “menosprecios” y “coacción a traballadores”. Reivindican que “non se nos amenace, nin coaccione, nin despida por defender os nosos dereitos”.
Estuvieron apoyados por la CIG y por concejales de Espazo Común y BNG. Nati Álvarez, responsable de servicios de la CIG, asegura que el “acoso e abusos” es sobre las trabajadoras antiguas, que llevan en el puesto hasta 40 años. Añadiendo que ya había despedido a una que había pedido ayuda al sindicato y que tuvo finalmente que readmitir de nuevo. Por su parte, el concejal Manuel Vázquez promueve la creación de una asociación con el objetivo de “garantir a transparencia na xestión do Asilo e na xestión do patrimonio legado polos Irmáns Prieto”, según indica.
La directora, Nuria Iglesias, declara que “non consta ningún justificante de abuso laboral, nin a nivel médico nin xudicial”, señalando que hay 62 trabajadores y que quienes protestan representan una minoría, mientras que los restantes apoyan el nuevo modelo de gestión “máis centrado na persoa e a algúns cóstalle entendelo”. En relación a los despidos matiza que “foi unha decisión moi meditada e pensada polo ben dos residentes. Non estaban cumprindo coa súa función de forma adecuada”.
