Tesoros de Ourense | Avión, entre castros, puentes y hórreos

El concello de Avión, en la comarca de O Ribeiro, es conocido sobre todo por ser una tierra de emigrantes con un destino común, México. Muchos de sus habitantes hicieron las Américas durante el siglo XX, y algunos de ellos llegaron a amasar grandes fortunas en el país azteca.

De ahí que Avión lleve años siendo noticia todos los veranos, cuando muchos de ellos, algunos millonarios, regresan a Galicia y se acomodan en esta pequeña localidad. Así, es posible ver sentados a la mesa de uno de sus bares jugando al dominó a personalidades como Carlos Slim, una de las diez mayores fortunas del mundo, u Olegario Vázquez Raña, dueño de un potente holding empresarial y natural del municipio. Incluso el dueño de Inditex, Amancio Ortega, se ha dejado ver en más de una ocasión por allí en época estival.

Pero más allá de las celebridades que tienen su origen en esta pequeña población entre las sierras de Faro y Suído, Avión atesora algunos de los conjuntos de hórreos en piedra y madera más numerosos de la Península Ibérica, varios puentes de piedra medievales y aún hoy transitables por vehículos de motor, así como un patrimonio castrexo en San Vicenzo del que por ahora solo se conoce la punta del iceberg, pero que ya ha desvelado valiosos hallazgos.

Por si todo esto fuera poco, el río Valderías que la atraviesa ofrece rutas de senderismo y varias fervenzas, además de una playa fluvial entre carballeiras perfecta para combatir el calor del microclima veraniego en Avión, que contrasta con las frecuentes nevadas de un invierno muy húmedo.

Los tesoros que esconde Avión

Conjunto de hórreos de Barroso

En el núcleo de Barroso, en la parroquia de Santa Baia, se reúnen en una “eira”, pensada para llevar a cabo la “malla”, un total de 29 hórreos construidos en piedra de granito y madera, lo que se traduce en el tercer mayor conjunto de hórreos de toda la Península, detrás del de A Merca y del de Lindoso, en el país vecino.

El concello cuenta asimismo con otros conjuntos conservados de canastros, entre los que destaca el de Beresmo, en la parroquia homónima, que cuenta con 24, y el de la conocida como Eira de Cendós, con hasta 20 divididos en dos grupos. También en San Vicenzo quedan algunos, si bien peor conservados.

Iglesia de San Xusto e San Pastor

La iglesia parroquial que da nombre a este núcleo, centro neurálgico del concello, se comenzó a construir en algún momento del siglo XVII y no se terminó hasta el año 1742. Destaca de ella su fachada-retablo de estilo barroco, obra de canteros de la Terra de Montes, y una bóveda que presenta nervios góticos, así como columnas salomónicas angulares, algo poco común en el exterior de las iglesias barrocas de Galicia.

La aldea de Barroso también posee una iglesia parroquial, Santa Baia, en planta de cruz latina e igualmente construida y reformada en la Edad Moderna.

Puente medieval de Valderías

Este afluente del Avia, que atraviesa el concello, fue la razón por la que se construyeron a lo largo de la historia diversos puentes para vadearlo y facilitar el transporte de vino al encontrarnos en O Ribeiro. Este puente en concreto está asfaltado, y aún hoy en día es transitado por los coches.

Otra de las estructuras que salva el Valderías es el puente de Cotán, también en piedra, pero que cuenta con dos arcos, y que en la actualidad se encuentra en desuso.

Castro de San Vicenzo

Situado en la parroquia que le da nombre, se eleva a más de 600 metros en un mirador con unas vistas impresionantes de este valle de O Ribeiro, donde además hay un banco para poder disfrutar de una puesta de sol increíble. En el castro milenario recientemente se han realizado hallazgos muy valiosos. Concretamente, el equipo de arqueólogos dirigidos por Jorge Lamas ha hallado aquí un trisquel y una cruz emboladas, en una campaña promovida por la asociación cultural Vive Avión y la comunidad de montes vecinales en mano común de San Xusto.

Fervenza da Feixa

Esta desconocida cascada, una de las más grandes de Galicia, se ubica en Abelenda, y es posible acceder a ella a través de una ruta de senderismo que parte desde el propio pueblo. En época de lluvias luce especialmente espectacular.