OURENSE NO TEMPO

La Virgen de Fátima

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photo_camera Salida de la Virgen del Santuario aún en obras. (Fotografía propiedad de Pilar Núñez)

Para los ourensanos, el 13 de mayo está marcado en el calendario con una cita ineludible. Desde el barrio del Couto la Virgen de Fátima, acompañada por una multitud de fieles abandona su Santuario para ser homenajeada en la Catedral ourensana.

Es muy complicado explicar los motivos existentes para tan espectacular demostración de fervor popular, ya que se haría necesario exponer caso por caso los de cada participante; la realidad es que todo lo relacionado con la Virgen de Fátima en nuestra ciudad se tiene que relacionar con la fe.

¿Cómo se explica si no la masiva asistencia a la novena?; ¿cómo se explica la impresionante cantidad de flores que año tras año las madres ourensanas depositan a los pies de la Virgen? (Aunque no he podido confirmarlo de manera definitiva, parece ser que la tradición aconsejaba llevar una flor blanca por cada hijo, y si alguno había fallecido, en su honor se llevaba una de color rojo. Hoy no todo el mundo cumple con esa norma, y hay quien lleva preciosos ramos multicolores, ¿por qué no?) ¿Cómo se explica que la procesión de antorchas del 13 de mayo sea todos los años el acto más multitudinario que se celebra en la ciudad?

No puedo responder a esas preguntas, pero sí puedo contaros como fueron los comienzos de esta relación: el 30 de mayo de 1948 llego a la ciudad la imagen de la Virgen de Fátima donada por doña Elena Suárez de Varela; a pesar de tener que aguardar hasta el 1962 para tener el Santuario finalizado. La primera procesión que se realizó como tal, cuentan que se desarrolló en 1952, y se limitó a recorrer las calles del barrio del Couto. Por otras imágenes que tengo, y comentarios de antiguos residentes, iba desde el Santuario, hasta el campo de fútbol, y regresaba; discurriendo únicamente por la calle Ervedelo. El año siguiente, se decidió que el recorrido debía incluir el centro de la ciudad.

Realmente, las procesiones habían comenzado ya desde el momento de su llegada a la provincia en el 48. No podemos olvidar las dos grandes peregrinaciones que la imagen realizo por todas las villas y pueblos de la provincia. La primera remato el 10 de enero de 1950, y según contaban las crónicas, “después de haber permanecido la imagen 24 horas en cada feligresía, expuesta al culto día y noche”. En ocasiones el tránsito de un pueblo a otro era otra gran procesión en la que participaban todos los vecinos de las dos poblaciones y multitud de amigos que venían a acompañarlos. Para estos traslados llegó a idearse un montaje sobre un automóvil que lo facilitaba.

Nos vemos en la procesión.

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