PATRIMONIO NATURAL

Activada la obra que amplía la zona musealizada de Santomé

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photo_camera En estos primeros días se procede a liberar de materiales la zona y perfilar límites del castro. (FOTO: JOSÉ PAZ)

El proyecto, de nueve meses, actúa en la zona del castro sur, en la ladera hacia el río Loña

El paisaje impresiona, entre pinos, robles, alcornoques. La toponimia nos lo descubre como "erbedal" -en castellano madroños- muy abundantes. Al fondo, el estruendo del río Loña que estos días va envalentonado; el cauce, pétreo, lleva dibujado la erosión en la piel. Toda la zona está salpicada de grandes moles que denominan marmitas.

Llueve en Santomé, primero fino, luego con ganas, lo que provoca que la cuadrilla responsable de la obra de ampliación del área musealizada del castro se retire. "Un dos inconvintes que temos é a choiva, coa terra mollada enchoupase todo, a terra remóvese mal, non se despega das ferramentas, tampouco é moi convinte polo tema dos muros", comenta Javier Chao, uno de los arqueólogos.

Sobre el terreno hay ocho personas; dos más, encargados del estudio de los materiales encontrados, en un despacho del Museo Arqueológico. De momento, lo encontrado son restos cerámicos castrexos I d.C.

Son 475 metros cuadrados. En estas primeras tres semanas se ha despejado la zona, cortado algunos árboles y procedido a retirar escombreras, restos de excavaciones antiguas, de 2003, de la que se ve un corte longitudinal sobre el terreno donde se descubren los muros; ahora lo que se pretende es ampliar lateralmente el conjunto hasta un sendero paralelo para musealizarlo todo.

“Hai que interpretar de novo o que eran esas estructuras nas que o espacio de escavación foi moi reducido, e hai unha sucesión e acumulación de estruturas na posición duns muros a outros”, comenta Eduardo-Breogán Nieto, arqueólogo, de Breogán Arqueoloxía, la adjudicataria de la excavación. En estas tareas prima la minuciosidad, no aptas para impacientes, y siempre bien dirigidos. La dirección científica corre a cargo de Xulio Rodríguez y Xusto Rodríguez, del Museo Arqueológico, responsables de las anteriores.

Sobre parte de las "escombreras", en un improvisado sendero en pendiente, se libera el material. “Fánse acopios temporais desa pedra que saíu, despois na fase de consolidación hai que asegurar as estructuras, remontar os muros abertos, vencidos”, Así, hasta que el nuevo espacio musealizado cobre forma.


Un museo al aire libre a tres kilómetros de Ourense


Desde Santomé se divisa bien Ourense, tres kilómetros los separan. El castro ya ha sido excavado varias veces, en esta lo que se pretende es consolidar y ampliar el área en la vertiente sur hacia el río Loña. Anteriormente se había actuado en la zona de la “croa”, donde quedan bien definidas las estancias, incluso cómo algunos hogares se levantaron entre grandes moles de piedra. Llamativo el asentamiento tardorromano, el que se descubre nada más llegar, con las estancias visibles en la típica construcción romana.

Santomé no es el castro más cercano a Ourense, pero sí el que está excavado en su conjunto. Por sus estratos han pasado muchas manos, las primeras las del ilustre Manuel Blanco Guerra, que a su manera de autodidacta practicó catas entre 1969 y 1947. Las nuevas excavaciones, ya de la mano del Museo Arqueológico Provincial tuvieron lugar a partir de 1983; la última en 2003. Una serie de actuaciones que desvelaron la complejidad del emplazamiento, desde un periodo castrexo hasta el tardo romano (IAC-III DC).  El lugar es todo un conjunto musealizado al aire libre en un marco incomparable, de interesante vegetación. Alrededor de los senderos se puede uno retrotraer en el tiempo, transitar por asentamientos de muy distintos periodos e incluso descubrir el carácter defensivo de la zona. Una lección de historia, a la vista.

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