Un caso de lesiones graves que acabó en la Audiencia de Ourense sentó ayer en el banquillo de los acusados a Jessica S.A., de 21 años, quien ayer fue acusada de dejar sin bazo a otra joven tras una agresión en las inmediaciones de un pub de Pena Corneira cuando se encontraron el 9 de febrero de 2020 a las tres y media de la madrugada.
La acusación particular que ejerce la denunciante reclama hasta cinco años de cárcel: cuatro por un delito de lesiones con deformidad y uno más por amenazas. La Fiscalía pide una pena de un año de prisión porque solo da por acreditado el puñetazo que la víctima recibió en la cara (la propia inculpada lo reconoce pero sin dolo -intencionalidad- ya que “fue un acto reflejo”) pero no las patadas que, según la damnificada, recibió en le suelo. La perjudicada perdió el bazo tras la agresión por el sangrado de un quiste que no sabía que tenía y sufrió un traumatismo abdominal. “La sintomatología previa de la denunciante excede el dolo de la acusada”, aseguró la representante del ministerio público. La fiscal cree que no quedaron aclaradas las circunstancias de la lesión abdominal ya que el médico de urgencias no descartó que fuese por la caída sufrida tras el puñetazo y no por las patadas.
La inculpada y la víctima se conocían previamente porque habían compartido chico. La última había salido con el novio de Jessica en el momento del ataque. Según la denunciante, la acusada no encajó bien que tras romper le siguiera por Instagram. Hubo un intercambio de mensajes nada amigables. La inculpada llegó a decirle frases como “te meto un trucazo y te arreglo la mandíbula”; “Te parto en dos, mi loca” o “cuatro años en un cerrado y no me vas a enseñar tú a pegar un puñetazo”. Por su parte, la interlocutora le llamó: “medio metro”, “ladrona”, “drogadicta” y “asquerosa”, tal como reconoció ayer en la vista oral.
El día de la agresión, fue la perjudicada la que se dirigió a la inculpada por la espalda. “Le toqué el hombro para decirle que no quería nada con el chico”, relató ayer. Jessica, según esa versión, dejó la cerveza que llevaba en la mano, se quitó la cazadora para a continuación propinarle un puñetazo en el rostro, que la hizo caer de espalda. Ya en el suelo, sostiene que le puso la bota en la cara y le pegó patadas en el estómago, con laceración del páncreas y parte del intestino.
La inculpada da otra versión más amable. “No sabía que era ella, me agarró por detrás y me asusté porque me enganchó bien”. Según esa versión, el puñetazo con el que respondió fue un acto reflejo-defensivo al verse sorprendida.
La amiga de la víctima, con la acusada
La amiga que acompañaba a la joven lesionada, sin embargo, dio argumentos a la versión de la encausada. No solo dijo que la víctima quería discutir sino que “estaba bastante bebida”. Y hasta justificó lo que hizo Yessica al entender que la abordó por detrás. Hasta reprodujo tal cual la versión de la acusada respecto a que había sido “un acto reflejo”.
