Un acusado de tocar los pechos a la empleada de un hostal a punta de navaja alega que no recuerda nada

El acusado escucha la declaración de la víctima ante el tribunal.
La fiscal reclama cinco años de prisión para el huésped de un hostal de la ciudad que, supuestamente, agredió sexualmente y a punta de navaja a una empleada de la limpieza. El acusado dijo que no se acordaba de nada.

’Estaba limpiando una habitación cuando me puso la mano en la boca y una navaja en el cuello, me tiró en la cama y me empezó a tocar’.
Así relataba ayer una mujer ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia provincial lo que le ocurrió, en junio del año pasado, en el hostal de la ciudad en el que ella trabajaba. Unos hechos por los que fue juzgado Simao Pedro S.F., acusado de un delito de agresión sexual.

Según relató, la víctima consiguió zafarse de su presunto agresor después de que le hubiese tocado los pechos y la ingle, tras lo cual ’me pidió perdón cuando ya salía por la puerta’. El acusado, en cambio, aseguró no recordar nada de lo sucedido, si bien afirmó que antes había bebido y consumido cocaína.

Basándose en esa declaración, su defensa solicita la libre absolución o, subsidiariamente, que se le aplique una atenuante por encontrarse fuera de sus facultades, apoyándose en que fue encontrado por la Policía ’tumbado en la bañera, en la habitación de al lado de los hechos’. En este caso, solicita seis meses de prisión para su defendido. Mientras, la fiscal reclama cinco años de prisión, por la agresión y el hecho de que ésta se produjera mientras la víctima era intimidada con una navaja en el cuello. La acusación particular, por su parte, reclama ocho años de cárcel para el hombre. La víctima sufre un trastorno de estrés postraumático que le ha llevado incluso al intento de suicidio, así como a tener que abandonar su trabajo. Por ello, la fiscal solicita una indemnización de 7.825 euros y la acusación particular, de 60.000. También declaró el encargado del hostal, que aseguró que después de los hechos, la víctima se encontraba muy nerviosa y le dijo que no fuera a la habitación del acusado porque tenía una navaja. Avisó a la Policía y, cuando ésta entró en la habitación del imputado, les ’dijo que no se acordaba de nada y pidió perdón’, declaró el testigo en el juicio.

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