El tramo Portocamba-Cerdedelo, con los viaductos de Teixeiras como actuación de gran complejidad , está en un 38% de ejecución
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) trabaja con unos plazos muy ajustados para cumplir con el compromiso adoptado hace poco más de un año por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que fijó la circulación en pruebas de los trenes de alta velocidad en el tercer trimestre de 2019.Tras varios problemas con los contratos
de obra en casi una veintena de tramos que se fueron resolviendo entre noviembre de 2016 y abril de 2017, la ejecución de los trabajos avanza a ritmos muy dispares en ellos, siendo especialmente reseñable la situación en el subtramo entre Portocamba y Cerdedelo, íntegramente en el término municipal de Laza y que apenas cuenta con 2,3 kilómetros, de los que 1.700 metros son un túnel y 508 metros en un viaducto (con una altura de más de 90 metros) sobre el río Teixeiras, "un desafió total" según explicó el ingeniero de Adif Arturo Pastor, máximo responsable de los trabajos en este enclave, que cifra en un 38% la ejecución del subtramo, con un presupuesto de más de 125 millones de euros.
Condicionado por las "limitaciones ambientales" por un arroyo en una zona de valle y sin apenas terreno a la salida de los túneles de Portocamba y Cerdedelo para trabajar, las empresas contratadas por Adif se encuentran en estos momentos ejecutando los caminos de acceso a la zona en la que reposará el viaducto, ahora mismo en la fase de la cimentación.
"De los tramos ferroviarios que conozco, es uno de los más complejos porque influyen también condicionantes como el clima, con heladas o el viento, o la altitud o el poco margen de maniobra para trabajar", indicó Pastor.
Con esta complejidad, todo apunta a que en caso de llegar a tiempo a la fecha prevista de 2019, los trenes circularán únicamente por uno de los dos viaductos, con el otro a la espera de su conclusión.
A diferencia del tramo Portocamba-Cerdedelo, Adif sí está en una situación más holgada en otros puntos de la línea de alta velocidad, como por ejemplo los que permiten llegar desde Laza hasta Vilariño, donde los túneles de Portocamba (3,6 kilómetros) y Bolaños (7 kilómetros) están en la última fase de su ejecución.
El primero de ellos, situado en el subtramo Campobecerros-Portocamba, cuenta ya con los andenes interiores para garantizar la seguridad y solo está pendiente de revestimientos y remates, por lo que puede estar culminado en enero.
Mientras, la infraestructura de Bolaños, una de las singulares del trazado al ser la única construida echando mano de una tuneladora, también está prácticamente rematada, aunque a diferencia del túnel de Portocamba, se demorará algunos meses más para completar los andenes de seguridad y la plataforma.
Con esta situación, en Adif esperan que a finales de 2018 los 21 subtramos, a excepción del Portocamba-Cerdedelo, hayan concluido su ejecución (cuatro de ellos ya están finalizados y otros tantos están al 90%) para proceder al montaje de vías y catenarias, entre otras actuaciones complementarias, hasta Taboadela, donde concluye el nuevo trazado de alta velocidad y se enlazará con la vía convencional mediante un ramal de dos kilómetros cuya adjudicación debe ser resuelta en los próximos días por Adif, que licitó la obra a principios de octubre por un importe cercano a los siete millones de euros.
