Afectados en Ourense por las grietas de la Ley de dependencia

Iria es la cuidadora no profesional de su hija Antía, con parálisis cerebral. Le acaban de reducir la cotización a media jornada a pesar de que las circunstancias de la niña no han variado. La familia se plantea acudir a la justicia.

Iria y Antía, madre e hija, en un bar en A Ponte.
Iria y Antía, madre e hija, en un bar en A Ponte.

Antía San Martín tiene una discapacidad del 80% provocada por una parálisis cerebral. Esto no le ha impedido, con mucho esfuerzo y cuidados, alcanzar 1º de Bachillerato y estudiar como una más en el IES 12 de Outubro. La realidad es que necesita terapias a diario y una cuidadora, que es su madre, Iria Iglesias. Esta ourensana es la sombra de su hija desde que nació, un trabajo de cuidadora no profesional que está reconocido para que la mujer cotice como en cualquier otro empleo. Sin embargo, hace seis meses y sin ningún cambio en las costumbres de la adolescente, la administración decidió considerar a Iria como cuidadora no profesional pero únicamente a media jornada, causándole un grave perjuicio económico. “Es sangrante, este cambio redunda en una peor atención a la niña por mucho que los técnicos de dependencia digan lo contrario”, explica la familia. Se plantean llevar el caso a la justicia. “No trabajo porque mi hija necesita continuamente apoyo, siempre he estado con ella”, explica la mujer.

La cotización no ha sido el único cambio que afecta a la familia. También hace medio año, la Xunta modificó el Programa Individual de Ayuda (PIA), pasándole a ingresar la mitad de dinero de ayuda a terapias. “Desde que la niña fue diagnosticada siempre hemos ido a terapias y nos hemos gastado un dineral, las ayudas que ha recibido, prácticamente en ningún mes han sido suficientes para pagar los gastos de las terapias”, trasladan los padres de Antía. En el recurso presentado por la familia, la Consellería de Política Social desestima el asunto argumentando que analizó la “situación socio familiar” y considera “como recurso idóneo” el cambio del Programa Individual de Ayuda.

La familia ve “sangrante” el caso porque “el cambio no le afecta económicamente a la Xunta, ya que la cotización la realiza el Estado” y entienden que la resolución de su caso es “una manera de romper el espíritu de la norma de la dependencia, ya que los familiares que realizan el cuidado deben de tener audiencia en estos casos”.

Los padres de Antía están estudiando presentar un recurso contencioso-administrativo. “Nos duele en el alma ver cómo la Xunta presume de la gestión que hace con la dependencia y luego ver un caso como este, donde pasan a empeorarlo significativamente”, añaden los padres. Quieren destacar, especialmente, la labor del profesorado del IES 12 de Outubro con su hija.

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