Los albergues de la provincia reciben una media de cinco peregrinos al día

Independientemente de las rutas del Camino de Santiago, la provincia cuenta con numerosos albergues, ya bien formen parte de la Rede Pública de Albergues -10 establecimientos-, albergues municipales o incluso privados. Hasta hace poco, muchos permanecían cerrados, pero desde el 15 de junio, los albergues públicos comenzaron a subir la persiana, y a día de hoy, todos ellos están abiertos. Con la reapertura, el aforo se redujo al 30%, algo que disminuye las cifras de peregrinos que pernoctan. Haciendo una media diaria, son 5 los peregrinos que se reciben al día, números bajos en año Xacobeo. Pese a las circunstancias, el Camino resiste, primando este año el peregrino nacional. Aunque en Verín se vieron franceses e italianos, la gran mayoría reciben españoles, y por lo general, todos en grupos pequeños. En O Barco de Valdeorras, el albergue municipal recibe periódicamente “chamadas de pequenos grupos de peregrinos ou individuais”, cuenta Eladio Santos, concelleiro de Turismo. En la comarca, el albergue de Vilamartín sufrió un descenso en el número de peregrinos que dormían allí. Aún así, desde el Concello señalan que desde que empezó el buen tiempo han experimentado una mayor afluencia de caminantes, especialmente los fines de semana. En la comarca de Allariz, Xunqueira de Ambía es uno de los puntos favoritos de los peregrinos para reponer fuerzas. Celsa García, responsable de Cultura en esta localidad, asegura que, desde hace una quincena, la media de pernoctaciones oscila entre las dos y las cuatro diarias. El Camino de Xunqueira es la Vía da Prata – Camiño Mozárabe, uno de los más concurridos, más, históricamente, que el que atraviesa Sandiás, donde la pandemia mermó la afluencia a su albergue, tal y como apunta el regidor local, Felipe Traveso. Desde el albergue de Laza definen la situación como “inestable, uns días temos xente e outros non”. Como en “Casa do asistente” de Verín, que no recibieron más de 5 o 6 personas en una misma noche, percibiendo que “a xente está louca por botarse ao Camiño pero aínda o toman con calma”, confiando en que en el mes de agosto mejore la situación, apostando así, por el potencial del Camino. Crisis de hospedajes privados: “A pandemia afectounos moito” Al otro lado de la moneda están los albergues privados, que tratan de subsistir ante la crisis del covid-19. “Está sendo moi relaxadiño, non hai movemento para ser ano Xacobeo”, cuentan desde el albergue Augas Quentes de Ourense, que reciben entre 1 y 5 peregrinos cada día. Como ellos, el establecimiento Rincón del Peregrino de Alberguería (Laza) percibe que “a pandemia afectounos moito, baixou a afluencia de peregrinos”, que reciben 6 o 7 peregrinos diarios, “cando antes igual pasaban cerca de 30 persoas todos os días”. Todos ellos se sorprenden por ser año Xacobeo: “Aínda que os aforos estean reducidos, é ano santo, debería haber máis xente, penso que están esperando ao ano que vén, porque reservas para o verán non teño moitas”, remarcan en el Rincón del Peregrino. Pero no todos se echaron a andar, muchos permanecen cerrados y no cuentan con abrir este verano, como es el caso del Albergue da Rosario, en Campobecerros (Castrelo do Val), que se resignan porque “non nos merece a pena abrir, non hai moito ambiente, se mellora a cousa igual abrimos en setembro, pero polo momento non nos sae rentable”, recordando los veranos antes del coronavirus, con días de agobio y cargados de gente. Mientras, los que abrieron sus puertas intentan compensar con el alojamiento de turistas, como es el caso de Grelo Hostal en Ourense, que explican que “xullo é un mes floxo, pero compensámolo cos turistas e, no noso caso, con persoas que teñen familiares ingresados no hospital”, confiando en que el Camino gane el pulso al virus y se alivien las limitaciones de aforos. La Xunta trasladará el nuevo albergue a la “Casa da Viuda” (A Gudiña) A Gudiña, municipio por el que pasa la Vía de la Plata, cuenta con un albergue público, un inmueble propiedad del Concello, que la Xunta de Galicia devolverá al Gobierno local en cuanto se ponga en funcionamiento un nuevo albergue. Este está a punto de incorporarse a la Rede Pública de Albergues, pues como explica José María Lago, alcalde de A Gudiña, “só queda que se firme a finalización e xa viñeron a supervisar as obras”, estimando que se inaugure el centro a finales de este mes de julio. Y es que la Xunta de Galicia adquirió el edificio conocido como “Casa da Viuda” en el 1996, con el fin de ser destinado a acoger actividades sociales y culturales. Pero 25 años después, se convierte en albergue para peregrinos, donde se invertieron 286 mil euros para acondicionar el inmueble, dotándolo de 80 plazas. Este nuevo edificio cuenta con 1.200 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Según el proyecto, la primera será destinada a recepción y servicios comunes del albergue y en el segundo nivel se establecerán los dormitorios. El sótano acogerá el centro multiusos de la localidad. Las instalaciones municipales ya están en funcionamiento (Celanova) Los voluntarios del campo de trabajo “Sobre o audiovisual galego” están estrenando esta semana las obras de remodelación efectuadas en el albergue municipal de Celanova, en donde el Concello invirtió casi 200.000 euros. La intervención ha incluido la mejora de los servicios (iluminación, fontanería, calefacción, pintura, cubierta…) con la que pretenden dar un impulso a las instalaciones que, por el momento, gestionan directamente el consistorio. Tradicionalmente, antes de la pandemia, el albergue era lugar de hospedaje para los diferentes colectivos y grupos que realizan o participan en los eventos culturales, deportivos, educativos o sociales en el municipio. Para este verano, además del campo de trabajo sobre el audiovisual, ya han confirmado su reserva los participantes del Festival Hércules Brass. El actual grupo de gobierno quiere abrirlo y promocionarlo más para familias y grupos -a título más particular o individual-, y sobre todo para los peregrinos del Camino de San Rosendo que, desde Braga, caminan hacia Compostela por las tierras de A Baixa Limia y Celanova. Oseira y Piñor se incorporan al Camino con San Cristovo de Cea (Carballiño) La zona de Carballiño contará con tres albergues, una vez finalizadas las obras en el Monasterio de Oseira (San Cristovo de Cea), en donde se están reformando las instalaciones existentes y se construyen nuevas dependencias, con vistas a disponer de un total de 40 plazas. Con una inversión de un millón de euros, se prevé que esté en funcionamiento antes de que acabe el año. Además está en proyecto otro en Piñor, que contará con aproximadamente 25 plazas y en el que se habilitarán establos para caballos. La inversión supera el millón de euros, y mientras en Oseira ya se están ejecutando las obras, en Piñor el Concello está pendiente de un informe de Patrimonio para dar la licencia a la Xunta para que ejecute el proyecto en la localidad de Arenteiro, y así responder a la demanda del Camino. El primer albergue que funcionó en esta zona fue el ubicado en la misma localidad de San Cristovo de Cea. Durante el 2020 se aprovechó la pandemia para realizar en las instalaciones una serie de mejoras. En estos momentos, tras la recién apertura de estos centros de la Rede Pública de Albergues de la Xunta, aún no ha recuperado la actividad que tenía en 2019, aunque los peregrinos van en aumento, con una media diaria entre ocho y 10 personas que lo utilizan.