Entrevista

Alberto Dugarte: "Me sorprendió lo familiares que son Georgina y Cristiano Ronaldo"

Alberto Dugarte en la Plaza de las Mercedes (MIGUEL ÁNGEL).
photo_camera Alberto Dugarte en la Plaza de las Mercedes (MIGUEL ÁNGEL).
El limiano es maquillador y peluquero de “celebrities”

Alberto Dugarte es el maquillador de las “celebrities” españolas. Nacido en Venezuela el 21 de diciembre de 1985, pero criado en Xinzo de Limia, con 35 años su carrera cuenta con una Medalla de Oro por el Mérito al Trabajo y trabajos en producciones de Hollywood, documentales de Netflix o programas televisivos de éxito como Got Talent o Mask Singer. Sin embargo, su papel no se limita al estilismo, ámbito en el que destaca gracias a su perseverancia. También ejerce de “psicólogo en el camerino” para los artistas en los momentos que la cámara no graba. Recientemente ha trabajado con Georgina Rodríguez, la pareja de Cristiano Ronaldo, de quienes destaca su familiaridad.

¿Cuál es la razón de su presencia en Ourense? 

Siempre vengo en agosto para reunirnos en familia en Porqueira, A Limia, es tradición de verano. Este año decidí comprar la casa de mi abuela para conservar la tradición y que mis sobrinos sigan viniendo, que es un gran sitio para desconectar y relajarse. Pasé años increíbles aquí, mi infancia y mi adolescencia, lo viví todo como lo hace un niño, con ilusión. Cada vez que regreso, recuerdo los pubs en los que salía, las fiestas y situaciones vividas. Es volver a mi origen. Guardo aquí a mis mejores amigos y por supuesto a mi familia. Conservo estas amistades a pesar de la distancia y el tiempo, me fui con 18 años y seguimos en contacto.

Una vez mencionó que se marchó  por no encajar con la cultura gallega.

No es exactamente con la cultura gallega. Veía a los peluqueros o a los maquilladores como algo ajeno a mi mundo, a cómo me había criado. No me atrevía a dar el paso porque me sentía raro y señalado. Al irme a Tenerife y ver un mundo diferente, de color y diversidad… decidí ser yo mismo y dedicarme a lo que me hace feliz, el estilismo, la peluquería y el maquillaje. Fue donde me desarrollé personal y profesionalmente.

 ¿Tan distinta era la mentalidad en la isla?

Totalmente, el cambio fue abismal. Llegué con mil prejuicios, decía cosas como “dios, se están besando allí”, o “ese chico va a bailar con una malla rosa de purpurina”. Pero escenas naturales como la de ese chico hicieron que viese todo con normalidad, cosa que aquí entonces no existía. Las personas que se atrevían a ser ellos mismos estaban en boca de todos, señalados, y no quería que eso me pasase a mí. Ahora en Galicia por suerte la mentalidad ha cambiado.

¿Qué es lo que le diferencia de otros maquilladores?

Creo que el trabajo y la constancia. Nunca tiré la toalla, no paré de trabajar y formarme. A lo mejor estudié más de lo que lo habría hecho en una carrera, quise formarme para ser el mejor. Diría que es lo que me diferencia de quien solo hace, por ejemplo, un curso medio. Pero conllevó muchísimos sacrificios. Cuando me fui de Tenerife a Madrid lo hice completamente solo y sin dinero. Los primeros meses pensaba que había cometido un error, no tenía ni ropa para salir a la calle. No tenía oportunidades de trabajo, no me llamaban, pero seguí ahí insistiendo. Le decía a mi madre que todo perfecto e igual no tenía ni para un café. Solo salía de casa para dejar currículums o hacer colaboraciones costeadas por mí. Lo hacía solo porque quería que la gente viese lo que soy capaz de hacer.

¿Qué destaca de la experiencia de trabajar en programas como Got Talent o Mask Singer?

Fui director de maquillaje y peluquería de Mask Singer y era una presión muy grande. Especialmente porque nadie puede saber quién está bajo la máscara, tienes un contrato por el cual debes guardar y mantener el secreto. Es chungo porque a lo mejor estás maquillando a Toya Jackson y no se lo puedes decir ni a tu prima. Fue mucha presión, un trabajo que haces además en apenas diez minutos, pero nada como la tensión de no poder contarlo. En cualquier programa la presión es enorme, pero todos tienen su magia. De Got Talent, por ejemplo, destaco la ilusión que tienen los participantes por enseñar su talento. Para mí es un reflejo de esos meses en Madrid, de estar allí porque solo quieres que el mundo te vea.

¿Cómo es su relación con las “celebrities”?

Somos como sus psicólogos. En un mes de grabación, en el que estás con ellos todos los días 16 horas diarias, creas un vínculo muy grande en el que te cuentan sus problemas, se relajan en el camerino para volver a salir al show… por ejemplo, con Paz Padilla y lo que le sucedió a su marido. Ella estaba destrozada y seguía con el programa sin que se notase frente a las cámaras. Pero cuando llegaba al camerino se desahogaba conmigo porque estaba con ella en ese momento íntimo. Cuando salen de allí se encuentran a mucha gente y ya están en el papel de artista, ya no hay intimidad. Por eso con nosotros se crea un vínculo muy familiar. Pasa con cualquier peluquero diariamente, la gente acude a ellos y son como terapeutas.

Dugarte ha trabajado en programas de éxito como Mask Singer, donde enmascaró a famosas como La Toya Jackson

¿Qué anécdotas le brindan estos famosos?

Muchas, llevo 15 años trabajando con estos artistas. Con muchos aún tengo una fuerte relación de amistad. Paz Padilla estrena pronto una obra de teatro en Gran Vía y me llamó para decirme: “Dugarte, por favor, te quiero conmigo ese día en el estreno”. Generas seguridad a esas personas para que desarrollen su arte. También me pasó con Jorge Javier Vázquez, estoy con él en las ruedas de prensa, en sus obras de teatro… y al final se crea un vínculo y hasta vamos de fiesta juntos o a cenar. Con él y con Georgina me lo he pasado muy bien, son muy divertidos.

¿Cómo ha sido trabajar con Georgina Rodríguez? No sé si coincidió con Ronaldo…

He tratado con ambos por trabajar en el documental sobre la vida de Georgina, y son maravillosos. Me sorprendió muchísimo lo familiares que son ella y Ronaldo, te imaginas que a ese nivel tendrán niñeras y otros servicios pero no. Los niños están siempre encima de Georgina, que es una madraza, y de él, que es súper cariñoso y juguetón con sus hijos. Estoy en Galicia porque soy muy familiar y me gustó ver que a ese nivel se mantiene ese lazo. A veces al ver la prensa piensas que los niños ni conocen a sus padres, y en este caso no es así. Es un vínculo real, los niños se le echaban encima a Georgina mientras la maquillaba. Están muy unidos.

¿Se creará el vínculo del que habla también con ellos?

Pues creo que ya se ha creado. Ya hemos terminado con el “reality” y de vez en cuando me llaman, que si para la boda de tal, me comentan cosas por WhatsApp… cuando haces que una persona se sienta bien, se vea guapa y se guste,  se crea confianza y esa relación.

También vivió una experiencia Hollywood, ¿qué aprendió de ella?

Trabajé junto a Ridley Scott, en la película de “Exodus: Dioses y Reyes”. Fueron tres meses increíbles en los que aprendí muchísimo. Lo primero, que no sabía nada y que tenía que ponerme las pilas. Fue cuando decidí irme a Londres a continuar formándome. Éramos 80 maquilladores y me sentía el peor, quise crecer más desde ese momento. La producción se hizo aquí en España, la directora de maquillaje era Tina Earnshaw, nominada al Óscar por su trabajo en Titanic. Era súper exigente, y me encantaba trabajar con ella, me impulsaba a alcanzar ese nivel. En esa producción aprendí mucho, les pregunté dónde formarme y allí fui, al Reino Unido.

¿Qué le aporta ser profesor de un curso de maquillaje?

Me ha aportado muchísimos conocimiento. Aprendo de todas las personas que vienen a la academia, de sus errores, pero sobre todo de sus formas de hacer las cosas. Es una experiencia que me ayuda a mejorar y que me ha dado mucha seguridad en mi trabajo. He podido conocer a mucha gente por toda España, sus miedos, sus inseguridades, sus ilusiones… y me acaba nutriendo. También hace que me sienta muy agradecido por lo que estoy viviendo, porque mucha gente no tiene la oportunidad de vivir lo que estoy viviendo.

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