Los ourensanos que acostumbran a correr o pasear por el paseo del Miño en dirección a Oira, en la orilla de A Ponte, ya lo han visto: una exhuberante selva amazónica que ha “florecido” en lo que hasta ahora era un muro gris de hormigón.
El enorme mural, que ocupa la totalidad de la pared, es obra del artista urbano Dusem de Rem, que estuvo pintándolo durante estas últimas semanas, encaramado a los andamios junto a un compañero. El resultado es un festival de naturaleza y vida que dialoga de tú a tú con el río Miño.
El grafitero explica que fue un encargo particular de los dueños de la finca, para “adecentar” el muro, y detalla que desde el Concello les pidieron que la obra no desentonase con el entorno del paseo a Oira. “Se decidió entonces hacer una selva con una cascada, para unirla con la piscina que tienen en la casa”, comenta Dusem de Rem. El artista mira adelante y desea que este tipo de iniciativas “tengan futuro en la ciudad, que está reventada, e igual que hace treinta años”.