La Fundación Amigos de Galicia comenzó ayer a repartir los juguetes recopilados dentro de su campaña "Comparte un xoguete, comparte ilusión". "Queremos que los niños de las familias en situación de riesgo de exclusión social de la provincia puedan tener un regalos esta Navidad", explican desde la organización.
Especialmente en estos tiempos de pandemia decidieron "priorizar" el requisito de que sean nuevos y también las aportaciones económicas: "Los particulares colaboran con dinero y la fundación se encarga de invertirlo en regalos comprados en el comercio local", destacan. De este modo buscan apoyar también a un sector fundamental de la economía de la provincia.
Aunque el plazo para la donación finaliza el 20 de diciembre, desde la fundación Amigos de Galicia prefirieron adelantar algunas entregas antes de Navidad y con los controles de prevención. En los próximos días continuarán repartiendo ilusión en cada casa, para hacerlo "más seguro" y que proseguirá en el resto de la provincia. La previsión contempla un aumento en las solicitudes que esperan poder cubrir.
Más familias
La entidad social es testigo de los efectos de la actual crisis social en la provincia, con el aumento de personas que solicitan su ayuda. "Espacialmente en los últimos meses, el número de solicitudes se ha incrementado a mayores de las familias que ya atendíamos", indican desde Amigos de Galicia.
Muchos de ellos se encontraron por primera vez en su vida con la necesidad de buscar ayuda para cubrir las necesidades básicas, por lo que la entidad se encargó de solventar esas dificultades. Además, tratan de impulsar la formación de estas personas para que puedan ampliar conocimientos y optar a un empleo "digno" que no pase por la economía sumergida.
Víctima de la crisis: “durante el confinamiento pasamos hambre"
Magda llegó hace poco más de una año a España desde Colombia. Lo que no pensaba, cuando huyó de las guerrillas de su país acompañada de su hijo de 11 años, es que se encontraría con una pandemia que dificultaría su vida al instalarse en Ourense. "Estoy aquí luchando y por suerte encontré a la Fundación Amigos de Galicia para poder salir adelante", resalta sobre la entidad que la apoya desde hace dos meses. El confinamiento la pilló prácticamente sin dinero, ya que desde que llegó a la ciudad ha trabajado en economía sumergida. "No tengo nada estable, hago horas sueltas para poder pagar la habitación en la que vivimos mi hijo y yo", reconoce. Por falta del empadronamiento y de otros documentos, no pudo tramitar ninguna solicitud de ayuda que le permitiese cubrir los gastos al inicio de la pandemia. "Ya hice todos los trámites y busco al menos la ayuda para alimentos, realmente pasamos una época muy dura estos meses", afirma. Atrás quedaron dos de sus hijas y aquí se enfrenta a una crisis que le dificulta pagar una vivienda y comprar comida: "Pasamos hambre en el confinamiento, pero hubo gente que nos regaló comida", reconoce.
