Imponentes pazos
Amoeiro presenta una gran concentración de imponentes pazos. Un ejemplo es el de San Damián, cuyo origen se remonta al siglo XVI, cuando Fernando de Boan, cura de la parroquia, edificó la Posa de Cacabelos, que después pasaría a adquirir su nombre actual. Pero el más conocido de todos es en el que residió Otero Pedrayo, musealizado y sede de la Fundación del autor. Se conserva como estaba en vida de “Don Ramón”, pero en la actualidad ofrece también una serie de servicios para el público, destacándose la gran biblioteca y la visita turística.
Legado prerromano
Romanos y castrexos dejaron su huella en este municipio, tanto que la identidad corporativa del concello sale de una losa castrexa encontrada en O Formigueiro. Además, hay varios conjuntos de petroglifos esparcidos por el territorio e incluso los medievales reutilizaron piedras castrexas, como se puede observar en Sanxiao, donde en una pequeña capilla que sirvió desde tiempos antiguos como pila bautismal se encuentra incrustada una losa prerrománica.
Rutas de senderismo
Si el patrimonio arquitectónico es impresionante, el natural no está a la zaga. Amoeiro presenta rutas para los amantes del senderismo, pero sin perder ese toque cultural. Dentro de estas rutas se destacan, por ejemplo, los molinos de la ruta del río Formigueiro o la fervenza do Cachón. Otro de los elementos más icónicos es el puente medieval de San Fiz, situado sobre el río Barbantiño entre Amoeiro y Maside, que se empleó como vía de comunicación con Santiago; está documentada su reparación en el siglo XIII, desconociéndose su origen concreto.
Iglesias medievales
Entre las decenas y decenas de iglesias que inundan Amoeiro, muchas de origen medieval, pueden destacarse la ya mencionada capilla de Sanxiao o la que acompaña al pazo de San Damián. Otro edificio que no tiene nada que envidiarles en historia es la iglesia de Santa Mariña de Fontefría, iglesia románica consagrada en el año 1200 con importantes reformas posteriores, lo que la convierte en una mezcla de estilos.
