Como cada primer domingo de mes, el mercadillo de antigüedades y de objetos de segunda mano se instaló en la Praza Maior de la ciudad, una iniciativa ya tradicional cada 30 días, que atrae cada vez a más personas, entre curiosos e interesados por adquirir piezas únicas para su casa.
Ayer, el buen tiempo, sin altas temperaturas, favoreció la presencia de ciudadanos dntro y fuera de los soportales.