Profesor de dibujo y pintor.

Antonio Acevedo Álvarez: ’Hoy el arte no tiene límites’

Antonio Acevedo Álvarez, pintor nacido en Ourense, ha ganado el prestigioso certamen de pintura castellano-leonés ACOR con su óleo ’La cremallera’.

Antonio Acevedo Álvarez nació en Cualedro, Ourense. Hijo de maestros emigró a los cinco años a Valladolid donde cursó sus estudios de arquitectura. Actualmente combina su faceta de pintor con su profesión de profesor de dibujo en un instituto de Secundaria vallisoletano.
Ser profesor de dibujo, ¿facilita su tarea como pintor?

Sí, estoy todo el día dibujando. Por la mañana con los chavales en el instituto y por la tarde y la noche, el rato que me queda, en casa.

¿Cuándo comenzó a dedicarse a la pintura?

Empecé a dibujar en serio cuando ingresé en la carrera a los 18 años, me apunté a una academia y tuve que presentar diferentes trabajos y proyectos. Y con la técnica del óleo, hace cinco años con el pintor palentino hiperrealista Antonio Capel. Él me ayudó a perfeccionar la técnica y con él comencé a exponer. Y hace año y medio decidí presentarme a concursos.

¿Se encuentra embarcado en algún proyecto pictórico actualmente?

Sí, voy a exponer con otros 200 artistas por toda Castilla y León en una muestra que organiza el colectivo ’Bocallave’.

¿Cómo definiría su estilo pictórico?

Fundamentalmente, mi obra lo que intenta es dar una visión distinta de las cosas. Mirar la realidad cotidiana, lo que nos rodea, de una forma diferente. No hace falta ir a buscar paisajes maravillosos. Yo me levanto un día, abro la puerta del baño y veo una luz que entra y me vale, o miro el rincón de mi bañera y eso me sirve. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando en óleo una ampliación de mi reloj de pulsera. También me gusta jugar con las proporciones, por ejemplo un pequeño detalle lo represento en un formato de un metro por ochenta y un paisaje en 11 centímetros por nueve, es decir, cambio la escala para mostrar que se puede crear atmósfera en poquito espacio o ampliar un detalle y convertirlo en obra de arte. Además, también me gusta deformar los colores, últimamente trabajo con colores cálidos.

¿Siempre le interesó pintar los pequeños detalles?

No, he pasado por infinidad de temas y técnicas. Tengo aquarelas de Venecia, trazos de mis manos, carboncillos, retratos, óleos sobre fotografías y alguna obra con técnicas digitales. Pinto lo que me apetece en cada momento y no me cierro a ninguna técnica nueva.

Entonces, ¿le gusta experimentar con nuevas técnicas?

Por supuesto, siempre que puedo me gusta probar nuevas técnicas y materiales. De hecho, me apunto siempre que puedo a cursos de técnicas digitales como el ’photoshop’ o el ’corel’. Hay que tratar de renovarse y modernizarse porque el arte no tiene límites ni fronteras ni soportes actualmente.

Hábleme un poco de ’La cremallera’...

Forma parte de lo que yo denomino los macros o supermacros, que es coger un pequeño detalle y ampliarlo. Se trata de la cremallera de mi cámara fotográfica. Al principio era de color negro pero al ampliarla, con la luz del día, surgían nuevos matices que forcé en el cuadro. También intenté dar mucha perspectiva en un tema que tiene muy poco espacio y para ello difuminé los dientes en la parte izquierda y pinté muy nítida la tira en el centro pero lo más complicado fue buscar el encuadre y trabajar en un formato tan grande. Además, el haber ganado el concurso de ACOR con este cuadro ha supuesto un satisfacción muy grande.

¿Se vive de la pintura?

Yo vivo de mis clases de dibujo y pinto porque me gusta. El mundo de la pintura es muy duro.

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